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"El cuerpo"



Es importante que comencemos con una diferenciación entre lo que es estrictamente el organismo y lo que es el cuerpo.


Desde el punto de vista de la fisiología, los procesos metabólicos y todo eso, estamos hablando del organismo, de cómo opera el organismo. Sin embargo, el psicoanálisis, desde Sigmund Freud, pasando por Jacques Lacan y Pierre Fédida, habla claramente de la importancia de que ese organismo devenga en cuerpo, es decir, se constituya en un cuerpo erógeno.


Para decirlo de otra manera, ese organismo, primero, debe ser descubierto; segundo, debe ser conquistado; y tercero, debe ser colonizado. Entonces, una vez que hemos logrado colonizar ese organismo, deviene en cuerpo erógeno.


La colonización del organismo implica una serie de procesos mediante los cuales el organismo es integrado en el ámbito simbólico y cultural. Este proceso no es simplemente biológico, sino que involucra la incorporación de significados, normas y valores que transforman el organismo en un cuerpo que no solo funciona biológicamente, sino que también responde a las construcciones sociales y simbólicas. 


La colonización del cuerpo puede verse en cómo diferentes culturas modifican sus cuerpos para adaptarse a ideales de belleza o identidad cultural, como por ejemplo, las mujeres que se alargan el cuello con anillos en algunas tribus, o las personas que se hacen tatuajes y piercings. Estas prácticas representan la manera en que el cuerpo es colonizado por ideales simbólicos, convirtiéndose en una manifestación tangible de la cultura y los deseos sociales.


De esta manera, los procesos fisiológicos y metabólicos quedan totalmente imbricados con las operaciones simbólicas. Ya no es algo que podemos diferenciar. No podemos hablar de lo psíquico y lo somático por separado, sino que todo en esta relación es psicosomático.


El concepto de "psicosomático" en psicoanálisis se refiere a la interrelación entre la mente (psique) y el cuerpo (soma). En este contexto, cualquier manifestación física (sintomatología somática) tiene una correlación con procesos psíquicos inconscientes. Esto significa que las experiencias emocionales, los conflictos internos y los procesos simbólicos influyen directamente en el cuerpo, y viceversa. Las enfermedades psicosomáticas, por ejemplo, pueden ser el resultado de conflictos emocionales no resueltos que se expresan a través de síntomas físicos.


Todo está totalmente entreverado en una triple dimensión: la dimensión imaginaria de las representaciones y las imágenes; lo simbólico, que tiene que ver con códigos, lenguajes y lógicas; y lo real, que es una producción inefable e indecible, pero que se experimenta de manera sentida y vivida en nuestro cuerpo. Según Jacques Lacan, el ser humano está estructurado en estas tres dimensiones que se entrelazan constantemente, haciendo que la experiencia del cuerpo sea siempre una experiencia compleja y multifacética.



El cuerpo, como hemos dicho, es una forma de habitar este organismo, y es obvio que la producción social simbólica no lo hará de manera pacífica. La colonización viene con una serie de ideales, fantasías y conceptos sobre belleza y fealdad. 


Por ejemplo, La manera en que las sociedades modifican y adornan sus cuerpos refleja una vasta gama de ideales culturales, identidades sociales y significados simbólicos. Este proceso de apropiación del cuerpo, como mencionaste, no ocurre de manera pacífica ni homogénea, ya que está profundamente influenciado por la producción social simbólica. Por ejemplo:


Anillos en el cuello (Kayan Lahwi de Myanmar):

   - Las mujeres de la tribu Kayan, también conocidas como Padaung, en Myanmar, son famosas por usar anillos de latón alrededor de sus cuellos. Desde una edad temprana, las niñas comienzan a usar estos anillos, y se añaden más a medida que crecen, alargando gradualmente el cuello. Este proceso crea la ilusión de un cuello más largo, aunque en realidad lo que sucede es una compresión de la clavícula y las costillas superiores. Esta práctica es vista como un símbolo de belleza y estatus social dentro de su cultura.


Discos labiales (Mursi y Surma de Etiopía):

   - Entre las mujeres de las tribus Mursi y Surma en Etiopía, es común la práctica de insertar discos de arcilla o madera en el labio inferior. Este ritual comienza generalmente en la adolescencia y los discos se incrementan de tamaño progresivamente. En estas culturas, el tamaño del disco puede estar asociado con la riqueza, la fertilidad y la preparación para el matrimonio. Este tipo de modificación corporal es un importante marcador de identidad cultural y un rito de paso.


Escarificaciones (Dinka y Nuer de Sudán del Sur):

   - Las escarificaciones son cortes realizados en la piel para formar cicatrices con patrones específicos, y son comunes en muchas culturas africanas, como los Dinka y Nuer de Sudán del Sur. Estas cicatrices pueden indicar la transición a la adultez, valentía, linaje o estado civil. Las escarificaciones son profundamente simbólicas y a menudo se realizan en ceremonias que refuerzan los lazos comunitarios y la identidad grupal.


Tatuajes (Maoríes de Nueva Zelanda):

   - El Tā moko, o tatuaje tradicional maorí, es una práctica cultural profundamente significativa para los Maoríes de Nueva Zelanda. Los tatuajes faciales, en particular, son símbolos de identidad, rango social, linaje y logro personal. Cada diseño es único y cuenta una historia personal o ancestral. Los Tā moko no solo son decorativos, sino que representan una conexión espiritual con la cultura y la historia maorí.


Piercings (Tribu Apatani de India):

   - Las mujeres de la tribu Apatani, en el estado de Arunachal Pradesh en India, solían perforar sus narices y colocar grandes tapones de madera en las fosas nasales. Esta práctica, ahora en desuso, tenía como propósito original hacerlas menos atractivas para los hombres de tribus vecinas y así protegerlas de los secuestros. Con el tiempo, sin embargo, los piercings nasales se convirtieron en un símbolo de belleza y identidad cultural.


Estas prácticas de modificación corporal no solo representan ideales de belleza dentro de sus respectivas culturas, sino que también funcionan como medios de comunicación social. A través de estas modificaciones, los individuos expresan su pertenencia a un grupo, su posición dentro de la jerarquía social, y aspectos importantes de su identidad personal y colectiva. Además, estas prácticas permiten a los observadores imaginar e interpretar lo que estas modificaciones representan, facilitando un entendimiento mutuo y un sentido de comunidad.


La apropiación del cuerpo a través de modificaciones y adornos demuestra que los cuerpos trascienden lo meramente biológico, estando profundamente entrelazados con contextos sociales y culturales. Estas prácticas evidencian el poder de la cultura para transformar la naturaleza, otorgando al cuerpo un significado y valor simbólico únicos.


No existe una manera correcta de habitar el cuerpo. Desde las perforaciones para aretes, tatuajes, obesidades, delgadeces, hasta las geishas reduciéndose los pies o los mayas alargándose el cráneo, los patrones de belleza cambian de cultura en cultura y también tienen expresiones singulares que permiten a cada persona apropiarse de su cuerpo.


El concepto del cuerpo también abarca la representación sonora y las imágenes acústicas, subrayando que nuestras cuerdas vocales no solo articulan palabras, sino que también emiten un tono y una serie de características físicas que hacen que su vibración sea tan única como una huella digital. Nuestra forma de hablar y mirar está intrínsecamente vinculada a nuestro cuerpo. Entender el cuerpo de esta manera nos permite ver que no estamos limitados solo a lo que está contenido por la epidermis, sino que se extiende mucho más allá.


Para ejemplificar esto:


Timbre de Voz:

   - Cada persona tiene un timbre de voz único, determinado por la forma y tamaño de sus cuerdas vocales y cavidades resonantes. Esto es lo que permite que podamos reconocer a alguien solo por su voz, incluso si no podemos verlos. Por ejemplo, la voz profunda y resonante de Morgan Freeman es inconfundible y se asocia automáticamente con su persona.


Acentos y Modismos:

   - La manera en que pronunciamos las palabras también refleja nuestro contexto cultural y social. Por ejemplo, una persona de Sevilla tendrá un acento diferente al de alguien de Barcelona, incluso si ambos hablan español. Estos acentos son parte de nuestra identidad corporal y cultural.


Lenguaje Corporal:

   - Nuestra forma de hablar va más allá de las palabras, incorporando gestos, expresiones faciales y postura. Por ejemplo, en muchas culturas mediterráneas, las personas tienden a hablar con las manos, utilizando gestos para enfatizar y complementar lo que están diciendo. Este lenguaje corporal es una extensión del cuerpo y un componente integral de la comunicación.


Vocalizaciones Emocionales:

   - Las emociones también se expresan a través de sonidos no verbales, como risas, suspiros, gritos y llantos. Estos sonidos son manifestaciones físicas de nuestros estados internos y son tan únicos como nuestras huellas digitales. Por ejemplo, la risa característica de un amigo puede ser reconocida fácilmente en un grupo grande.


Canto y Música:

   - La música y el canto son formas de expresión que utilizan el cuerpo de manera integral. La voz de un cantante, como la de Freddie Mercury, no solo es reconocible por sus cualidades sonoras, sino que también transmite emoción y personalidad, creando una conexión profunda con el oyente.


Al considerar estos ejemplos, queda claro que el cuerpo se manifiesta de muchas maneras más allá de lo puramente físico. Las características sonoras y visuales que producimos son partes esenciales de nuestra identidad y cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea.


La elección entre "la vida o la bolsa" frente a la amenaza de un ladrón ilustra cómo ciertos objetos pueden convertirse en una extensión de uno mismo, casi como una prótesis. Lentes, piezas dentales, prótesis de manos y pies, y otros objetos similares, extienden el cuerpo a través de una serie de objetos y mercancías.


Jacques Lacan utiliza la frase "la vida o la bolsa" para describir una elección crucial donde la vida misma se pone en juego. En el contexto del robo, la elección de entregar la bolsa (las posesiones) para salvar la vida destaca cómo los objetos pueden ser considerados tan importantes que su pérdida representa una amenaza existencial. Sin embargo, optar por la vida muestra un reconocimiento de la prioridad del ser sobre el tener.


Apostar por la vida en esta elección refleja cómo la vida misma, como extensión del cuerpo, es de un valor intrínseco que supera cualquier posesión material. Lacan subraya que, aunque los objetos y las mercancías pueden ser extensiones del cuerpo, en última instancia, es la vida misma la que constituye la extensión fundamental del cuerpo.


Lentes:

   - Los lentes son una extensión del cuerpo que mejoran nuestra capacidad visual. Si alguien enfrenta la opción de salvar sus lentes o su vida, la elección de salvar la vida muestra que, aunque los lentes son esenciales para la visión, no lo son tanto como la propia existencia.


Piezas dentales:

   - Las piezas dentales reemplazan dientes perdidos y son cruciales para la alimentación y la estética. Sin embargo, ante la amenaza de un ladrón, la decisión de entregar la bolsa (que puede contener estas piezas) para salvar la vida muestra la priorización de la existencia sobre las necesidades funcionales y estéticas.


Prótesis de manos y pies:

   - Las prótesis son vitales para la movilidad y la independencia de una persona. Elegir la vida sobre estas extensiones corporales en una situación de peligro mortal demuestra que la vida en su totalidad es más valiosa que cualquier extensión particular del cuerpo.


La elección entre "la vida o la bolsa" subraya la idea de que, aunque los objetos y las prótesis son importantes extensiones del cuerpo, la vida misma es la extensión primordial y fundamental. Esta elección pone de manifiesto la centralidad de la vida y la existencia sobre las posesiones materiales, reafirmando la prioridad del ser sobre el tener en situaciones de crisis.



El cuerpo no puede ser entendido únicamente como una entidad imaginaria, simbólica o real; es una conjunción de todas estas dimensiones. Para que ocurra un orgasmo, se requieren tanto condiciones somáticas como simbólicas. En algunas culturas, el orgasmo es percibido como insatisfactorio o incluso peligroso, mientras que en otras es visto como algo maravilloso. 


Cultura Tzotzil:

   - Para una mujer tzotzil, el orgasmo puede ser experimentado como algo insatisfactorio o incluso peligroso. En la cosmovisión tzotzil, ciertas experiencias corporales pueden ser interpretadas como señales de desequilibrio o intervención de fuerzas espirituales. Por ejemplo, si una mujer tzotzil experimenta un orgasmo que la hace sentir perturbada, podría consultar a un chamán, conocido como etic, para recibir tratamiento. Este tratamiento puede involucrar rituales, rezos y el uso de plantas medicinales para restablecer el equilibrio y proteger a la persona de cualquier influencia negativa que se perciba como resultado de la experiencia.


Culturas Tántricas:

   - En contraste, en las culturas tántricas, se busca el orgasmo seco, donde el hombre experimenta placer sin eyacular. Esta práctica está profundamente enraizada en la filosofía tántrica, que considera la energía sexual como una fuerza poderosa que puede ser canalizada para el crecimiento espiritual y la elevación de la conciencia. El control y la redirección de la energía sexual, en lugar de su liberación a través de la eyaculación, se ven como medios para alcanzar un estado superior de ser y para fortalecer el vínculo entre la pareja.


Culturas Occidentales:

   - En muchas culturas occidentales contemporáneas, el orgasmo es visto como una parte fundamental y positiva de la experiencia sexual. Se celebra como un momento de intensa conexión emocional y física, y su búsqueda es a menudo un objetivo explícito en las relaciones sexuales. La percepción del orgasmo como algo maravilloso y gratificante está respaldada por la ciencia moderna, que destaca los beneficios fisiológicos y psicológicos de la respuesta orgásmica, incluyendo la liberación de endorfinas, reducción del estrés y fortalecimiento del vínculo de pareja.


Prácticas en Japón:

   - En Japón, existe una apreciación cultural del shunga, una forma de arte erótico que celebra el placer sexual. Sin embargo, en el contexto del matrimonio, especialmente en generaciones anteriores, el placer sexual puede no haber sido siempre un objetivo primordial, con énfasis en la procreación y el deber conyugal. A pesar de esto, la cultura pop moderna en Japón ha visto un resurgimiento del interés en el placer sexual y el bienestar, reflejado en la amplia difusión de literatura y medios que exploran y celebran la sexualidad.



Estos ejemplos demuestran que el cuerpo y sus experiencias no pueden ser entendidos de manera simplista. La percepción y el significado del orgasmo varían enormemente entre culturas, revelando complejas articulaciones de lo somático y lo simbólico. Este enfoque holístico resalta cómo nuestras experiencias corporales están profundamente influenciadas por las interpretaciones culturales y las prácticas simbólicas que les dan forma.



En el Seminario 22, Jacques Lacan considera el cuerpo como una sustancia, partiendo de la idea de organismo y cuerpo. Lacan argumenta que incluso el concepto de organismo es una producción simbólica. Todo lo que entendemos sobre el metabolismo y las hormonas son construcciones teóricas y producciones subjetivas de los investigadores. Estas ideas pertenecen al universo simbólico que nos permite percibir la sustancia bajo ciertos criterios.


Lacan, se adentra en la noción del cuerpo no simplemente como una entidad biológica, sino como una sustancia que adquiere sentido dentro del marco simbólico. Esta propuesta desafía la visión reduccionista del cuerpo como un mero conjunto de procesos biológicos y químicos. Tambien introduce una perspectiva donde el cuerpo se constituye y se percibe a través de los significantes y el lenguaje, es decir, dentro del registro simbólico.


Lacan sostiene que el concepto de "organismo" no es una verdad absoluta y objetiva, sino una producción simbólica que se ha formado a través de la historia y la subjetividad de los investigadores. Por ejemplo, la comprensión del metabolismo, las hormonas y otras funciones corporales se basa en teorías científicas que han sido formuladas, discutidas y aceptadas dentro de una comunidad simbólica.


La idea de sustancia en Lacan se refiere a cómo el cuerpo se materializa y se experimenta a través del lenguaje y los significantes. La percepción del cuerpo, incluyendo sus procesos internos como el metabolismo y las hormonas, es mediada por la estructura simbólica en la que estamos inmersos. 


Cuando hablamos de metabolismo y hormonas, nos referimos a conceptos que han sido definidos y explicados por la biomedicina. Estas definiciones y explicaciones son, en sí mismas, producciones simbólicas que emergen del campo científico. Estas producciones están influenciadas por el lenguaje, los significantes y los contextos históricos y culturales en los que los investigadores operan.


Lacan enfatiza que todo lo que entendemos sobre el cuerpo y sus funciones pertenece al universo simbólico. Este universo simbólico nos proporciona los criterios y marcos de referencia necesarios para conceptualizar y percibir el cuerpo. Así, la sustancia del cuerpo no es una realidad independiente de estos marcos simbólicos, sino que se configura y se hace comprensible a través de ellos.


La propuesta de Lacan invita a reconsiderar la naturaleza del cuerpo más allá de lo puramente biológico. Nos insta a reconocer que nuestra comprensión del cuerpo, incluyendo sus funciones y procesos, está profundamente mediada por el lenguaje y los significantes que conforman nuestro universo simbólico. Esta perspectiva abre un espacio para explorar cómo las estructuras simbólicas influyen en nuestra percepción y experiencia del cuerpo, integrando lo imaginario, lo simbólico y lo real en una visión más compleja y enriquecedora del ser humano.



En "Tres ensayos de teoría sexual", Sigmund Freud demuestra que la sexualidad no se limita a los genitales. No se es hombre simplemente por tener pene, ni se es mujer por tener vagina. La construcción sexual del cuerpo tiene que ver con las relaciones entre lo masculino y lo femenino, siendo un producto de construcciones sociales y simbólicas que se apoyan en el organismo y la sustancia para devenir en un cuerpo erógeno.


Sigmund Freud, en su obra "Tres ensayos de teoría sexual", argumenta que la sexualidad humana es compleja y multifacética, y no se puede reducir simplemente a la anatomía genital. Esta perspectiva desafía las concepciones tradicionales de género y sexualidad, proponiendo que el desarrollo sexual y la identidad de género son construcciones que van más allá de lo meramente biológico.


Freud sostiene que la sexualidad abarca una amplia gama de experiencias y expresiones que no están confinadas a los órganos genitales. La sexualidad infantil, por ejemplo, se manifiesta a través de diferentes zonas erógenas del cuerpo, como la boca, el ano y la piel, mostrando que el placer sexual no está exclusivamente asociado con los genitales.


Freud introduce la idea de que las relaciones entre lo masculino y lo femenino son construcciones sociales y simbólicas. Estas construcciones se desarrollan a través de procesos de socialización, en los que los individuos internalizan normas, roles y expectativas de género. Este proceso implica una interacción constante entre el cuerpo biológico y los significados culturales atribuidos a los géneros.


La identidad de género, según Freud, se forma a través de complejas interacciones entre los deseos inconscientes, las identificaciones y las influencias culturales. Un niño puede identificarse con características que la sociedad considera "masculinas" o "femeninas", independientemente de su anatomía genital. Por ejemplo, una niña puede desarrollar intereses y comportamientos que se consideran típicamente masculinos, y esto no afecta su identidad como mujer, sino que demuestra la flexibilidad y diversidad de la identidad de género.


Freud introduce el concepto de cuerpo erógeno, que se refiere a las zonas del cuerpo que son sensibles al placer sexual. Estas zonas erógenas no están determinadas exclusivamente por la biología, sino que también son moldeadas por experiencias personales y contextos culturales. La erogeneidad del cuerpo es, por tanto, una construcción que emerge de la interacción entre el organismo y el entorno simbólico y social.


La obra de Freud en "Tres ensayos de teoría sexual" ofrece una visión rica y compleja de la sexualidad humana. Al destacar que la sexualidad no se desprende únicamente de los genitales y que la construcción sexual del cuerpo está profundamente influenciada por factores sociales y simbólicos, Freud nos invita a reconsiderar las concepciones tradicionales de género y sexualidad. Esta perspectiva abre un espacio para entender el cuerpo erógeno como una entidad dinámica y construida, que refleja tanto nuestra biología como nuestra cultura.



Es importante recordar que todos estos trastornos psicosomáticos son articulaciones y despliegues de cómo, a partir de criterios inconscientes, hacemos que ciertas cuestiones aniden o se expresen en el cuerpo.


Los trastornos psicosomáticos son manifestaciones físicas de conflictos o problemas emocionales que no han sido resueltos a nivel consciente. Según la teoría psicoanalítica, el inconsciente juega un papel crucial en cómo estos problemas se manifiestan en el cuerpo. Los criterios inconscientes, que son los deseos, conflictos y traumas reprimidos, encuentran una vía de expresión en el cuerpo cuando no pueden ser procesados a través de otros medios.


   - La articulación se refiere a cómo los conflictos internos se organizan y toman forma en el cuerpo. Por ejemplo, una persona que sufre de ansiedad crónica puede desarrollar dolores de estómago o úlceras, articulando así su conflicto emocional en una dolencia física.


   - El despliegue es el proceso por el cual estos conflictos se exteriorizan en el cuerpo. Esto puede incluir una variedad de síntomas físicos, desde dolores de cabeza hasta problemas de piel, que sirven como una forma de comunicación del inconsciente a través del cuerpo.


Una persona que ha experimentado una pérdida traumática y no ha podido procesar su dolor emocional puede comenzar a experimentar síntomas físicos, como problemas cardíacos o dificultad para respirar. Estos síntomas son una manera en que el inconsciente articula y despliega el dolor emocional no resuelto, haciendo que este "anide" o se "exprese" en el cuerpo.


El psicoanálisis sugiere que el cuerpo y la mente están intrínsecamente conectados. Los síntomas psicosomáticos son una forma en que el inconsciente intenta resolver o comunicar problemas que no han encontrado una resolución a nivel consciente. Es un proceso donde el cuerpo se convierte en el escenario donde se juega el drama interno del individuo.


Los trastornos psicosomáticos evidencian la profunda conexión entre la mente y el cuerpo. Estos trastornos no son simplemente enfermedades físicas, sino que representan articulaciones y despliegues de conflictos inconscientes. Comprender esta dinámica permite abordar los problemas de salud de una manera más holística, reconociendo la importancia de los factores emocionales y psicológicos en la salud física.


Por el Dr. Oliver Salas, 

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