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19 de diciembre de 1972-Encore

Actualizado: 20 jul


Parece difícil no hablar de manera tonta sobre el lenguaje. Sin embargo, Jakobson, ya que estás aquí... te permitirás que te tutee, ya que hemos vivido juntos un cierto número de cosas... es sin embargo Jakobson lo que logras hacer. Y una vez más en estas charlas que Jakobson nos ha dado [Conferencias en el Collège de France, Feb. y Dic. 1972], pude admirarlo lo suficiente como para rendirle ahora homenaje por ello.





Roman Jakobson y Claude Lévi-Strauss en el Collège de France en febrero de 1972

Sin embargo, es necesario, es necesario alimentar la estupidez. No porque todos aquellos que se alimentan sean "tontos", por así decirlo con un término sobre el cual este año tendremos que volver esencialmente, es decir, porque sostiene su forma, sino más bien porque está demostrado que alimentarse forma parte de la estupidez. ¿Debo evocar de nuevo ante esta sala, donde en suma estamos en un restaurante y donde además se cree, se imagina, que uno se alimenta porque no está en el restaurante universitario, pero esta dimensión imaginativa es precisamente en lo que uno se alimenta.


[La estupidez es la del S1 (significante fundamental del sujeto, producto, Plus-de-jouir del discurso A) → significante asemántico, cortado de toda referencia al sentido y al saber: S1◊S2, y que pide ser alimentado de goce (goces fálicos repetitivos que apuntan a S1 pero que solo alcanzan (a), "goces del idiota", etc.) una y otra vez...]

Lo que evoco es lo que... confío en que recuerden lo que enseña el discurso analítico: esta vieja conexión con la niñera, madre además por casualidad, con detrás esta historia infernal del deseo de la madre y todo lo que sigue. Eso es precisamente de lo que se trata en la alimentación, es una especie de estupidez, pero que el mismo discurso establece, por así decirlo, en su derecho [la cuestión del fundamento...].


Un día me di cuenta de que era difícil - retomo la misma palabra de la primera frase - no entrar en la lingüística a partir del momento en que se descubrió el inconsciente. De ahí hice algo, que me parece, a decir verdad, la única objeción que puedo formular a lo que ustedes pudieron escuchar un día de estos, de boca de Jakobson... es decir, que todo lo relacionado con el lenguaje pertenecería a la lingüística, es decir, en última instancia al lingüista, no es que no se lo - muy fácilmente - conceda cuando se trata de la poesía, sobre la cual avanzó este argumento... pero si tomo todo lo que sigue del lenguaje... y específicamente lo que resulta en esta fundación del sujeto, tan renovado, tan subvertido, que es precisamente el estatus que asegura todo lo que de la boca de Freud se afirmó como el inconsciente...


Entonces tendré que forjar alguna otra palabra para dejarle a Jakobson su dominio reservado, y si lo desean lo llamaré "linguistería". Me dedico a la linguistería, lo que me deja alguna parte a los lingüistas, no sin explicar tantas veces que no sufro, no experimento - y después de todo alegremente por parte de tantos lingüistas - más de una reprimenda. Ciertamente no de Jakobson, pero es porque "me tiene en buena estima", dicho de otro modo: me ama [Risas], es la manera en que expreso eso en la intimidad.


Pero si esperan lo que podría decir del amor, esto no hará más que confirmar esta cierta disyunción que por suerte esta mañana - finalmente encontré esto esta mañana, exactamente a las 8 y media, comenzando a tomar notas, es siempre la hora en que lo hago para lo que tengo... bueno... que decirles, no es que no lo piense desde hace mucho tiempo, pero solo se redacta al final - encontré esto: "linguistería". Esto implica efectos, especialmente a nivel... no del dicho, porque después de todo hay dichos que son comunes a los dos campos, es precisamente en eso que tomo referencia, y es de ahí que puedo decir que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje".


[La linguistería tiene por objeto "lalangue": lo que de las experiencias de goce ligadas al Otro primordial, se inscribe como "rasgo" en α, β, γ, δ y genera por la combinatoria una estructura, (cf. la "introducción" al seminario sobre La carta robada), como un lenguaje, un saber inconsciente que irrumpe en el discurso corriente por el lapsus, el chiste...]

Pero es suficientemente claro que al haber planteado este dicho - como he avanzado desde entonces otros, bueno es bastante que un cierto número se quede con ese: es importante - este dicho después de todo no es del campo de la lingüística, es una puerta abierta a esto que verán comentado en lo que va a aparecer, desarrollado en el próximo número de mi bien conocido "a-periódico" [Scilicet n° 4], con el título "L’Étourdit": d.i.t.


[En la sesión del 21-12-1972 Lacan recordó "la estricta equivalencia de topología y estructura" desarrollada en L’étourdit (fechado el 14 de julio de 1972), donde muestra que esta topología (mœbiana) del discurso A permite pasar:

- de los "discursos unívocos" a topología "esférica" (→ H,U,M: a dos caras, con un interior y un exterior, un significante soporte de la "distinción" y un significado, etc.) → que pertenecen a la lingüística

- a "un discurso multívoco" a topología mœbiana que, como la banda de Möbius, solo tiene una cara (ej. de la continuidad de las dos topologías en el cross-cap), y que concierne a S1 el significante sin significado → cortado del saber: S1 ◊ S2 → asemántico, la "estupidez" de la singularidad, S1 → que pertenece a la linguistería]





Retomo, parto de la frase que escribí el año pasado varias veces en el tablero sin darle nunca desarrollo, porque encontré que tenía algo mejor que hacer, es decir, escuchar a alguien que después de haber querido tomar la palabra aquí, específicamente ese Récanati que escucharon una vez más la última vez, y gracias a quien puedo destacar la legitimidad del título de seminario, gracias a él, no di seguimiento a esto que: "el decir es precisamente lo que queda olvidado detrás de lo que se dice en lo que se escucha".


Es sin embargo a las consecuencias del dicho que se juzga el decir [el decir → el dicho → lo escuchado: la univocidad del sentido que enmascara el decir]. Pero lo que se hace con el decir, queda abierto: se pueden hacer muchas cosas con los muebles desde el momento, por ejemplo, en que se ha "limpiado" un asiento o un bombardeo [→ numerosas equívocos].


Hay un texto de Rimbaud del que hablé, creo el año pasado [seminario 1967-68: El acto analítico, sesión del 10-01-1968]. No fui a buscar, no fui a buscar dónde se encuentra textualmente, y es porque estaba apurado esta mañana... es esta mañana que pensé en ello de nuevo, creo que fue el año pasado.


Un golpe de tu dedo en el tambor descarga todos los sonidos y comienza la nueva armonía. Un paso tuyo, es el levantamiento de nuevos hombres y su marcha adelante. Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo amor! Tu cabeza se vuelve, - ¡el nuevo amor! "Cambia nuestras suertes, cribla las plagas, empezando por el tiempo", te cantan estos niños. "Eleva en cualquier lugar la sustancia de nuestras fortunas y de nuestros deseos", te ruegan. Llegada de siempre, que irás a todas partes.


Este texto llamado "A una razón" se escande con esta réplica que termina cada verso: un nuevo amor. Y ya que se supone que la última vez hablé del amor, ¿por qué no retomarlo a este nivel? Para aquellos que saben, que ya han escuchado un poco sobre esto, lo retomaré a nivel de este texto, y siempre en este punto de marcar la distancia de la lingüística a la linguistería - linguisterie.


El amor es - en Rimbaud, en este texto - el signo, el signo señalado como tal de que se cambia de razón [→de discurso], es por eso que se dirige a esta razón: "A una razón", se ha cambiado de discurso.


Pienso que de todas formas... aunque haya quienes se vayan por los pasillos preguntando qué son los cuatro discursos... pienso que, colectivamente, puedo referirme a esto que he articulado cuatro y que no necesito rehacer la lista.


Quiero señalar que estos 4 discursos no deben tomarse de ninguna manera como una serie de emergencias históricas, que uno haya venido desde hace más tiempo que los otros, no es lo que importa.





[→ el amor es el signo del cambio de discurso: "un nuevo amor" ↔ un otro significante.

En los 4 discursos, la impotencia del "Plus-de-jouir" para alcanzar la Verdad desencadena una ruptura, un salto (cuarto de vuelta antihorario), una inversión del discurso anterior → un otro "razón" → un otro significante ocupa el lugar del Semblante, por ejemplo, la inversión del discurso Histérico conduce al discurso del Amo: el S1 toma el lugar del $.]

En decir que el amor es el signo de que se cambia de discurso, digo propiamente esto: que el último en tomar este despliegue que me ha permitido hacerlos 4... pero solo existen 4 sobre el fundamento de este discurso psicoanalítico que articulo en 4 lugares, y sobre cada uno, de la toma de algún efecto de significante estipulado como tal... este discurso psicoanalítico, siempre hay alguna emergencia a cada paso de un discurso a otro.


Vale la pena retenerlo, no para hacer historia, ya que no se trata de eso en absoluto, sino para si nos encontramos, por ejemplo, en una condición histórica, si lo identificamos, si avanzamos, pero es libre que consideremos que la fundación de la universidad en tiempos de Carlomagno fue el paso de un discurso del Amo al umbral de otro discurso.


Simplemente retener que al aplicar estas categorías, que no están estructuradas más que por la existencia... que es un término, pero que no tiene nada de terminal... del discurso psicoanalítico, solo tendríamos que aguzar el oído para la puesta a prueba de esta verdad... que hay emergencia del discurso analítico a cada "paso"... de lo que el discurso analítico permite señalar como cruce de un discurso a otro.



 

Nota: ByOs

El término "aporia" tiene raíces en la filosofía griega, particularmente en los escritos de Platón y Aristóteles. Se deriva del griego ἀπορία (aporia), que significa "dificultad", "perplejidad" o "impasse". En un contexto filosófico, aporia se refiere a un estado de confusión o duda en el que uno no puede resolver una contradicción o encontrar una solución a un problema.


En el pensamiento de Jacques Lacan, la aporia se utiliza para describir momentos en los que el discurso del sujeto encuentra un impasse, una contradicción interna que no puede resolverse dentro del marco del discurso mismo. Estos impasses son significativos porque revelan las limitaciones inherentes del lenguaje y la estructura del inconsciente. La aporia puede considerarse un punto en el que las certezas del sujeto se ponen en duda, abriendo espacio para una reestructuración del saber y del deseo.


Lacan utiliza el concepto de aporia para explorar cómo el sujeto se enfrenta a los límites del lenguaje y del conocimiento, y cómo estos límites revelan la estructura misma del inconsciente. Por ejemplo, en su discusión sobre el objeto a (objeto causa del deseo), Lacan muestra cómo este objeto es esencialmente aporético, ya que representa una falta en el Otro, algo que no puede ser plenamente simbolizado o comprendido.


 


[Cada uno de los discursos H,U,M comienza por sostener la posibilidad de una relación sexual (goce fálico) para terminar en la aporía, la impotencia del "Plus-de-jouir" para alcanzar la Verdad (el goce del cuerpo del Otro).

El discurso Amo interroga el goce del Otro (a → S → S1 ◊ S2 ), hay por tanto "emergencia" del discurso A, y demanda de amor, cada vez que se cambia de discurso cuando se topa con la falla, con la impotencia del "Plus-de-jouir" para realizar el goce del cuerpo del Otro → cuando el Otro responde "¡Eso no es!"]


La última vez dije que "El goce del Otro - omito la continuación, pueden retomarla - no es el signo del amor", y aquí digo que "el amor es un signo".


¿El amor se sostiene en el hecho de que lo que aparece no es nada más, no es nada más que el signo?


Es aquí donde La lógica de Port-Royal, mencionada el otro día [exposición de François Récanati del 12 de dic. de 1972], vendría en nuestra ayuda. El signo... avanza esta lógica, y uno se maravilla siempre de estos dichos que toman un peso a veces mucho tiempo después... el signo es lo que se define únicamente por la disyunción de dos sustancias que no tendrían ninguna "parte común", lo que hoy llamamos "intersección". Esto nos llevará a respuestas, más tarde.


[Hay heterogeneidad de las dos sustancias: sustancia potencial (material) ≠ sustancia de la extensión (predicativa). Cf. supra "el estrecho camino" que Lacan traza (litoral) entre dos espacios heterogéneos]


 

ByOs

En el contexto del pensamiento de Jacques Lacan, el término "litoral" se refiere a un concepto topológico que él emplea para describir la relación entre diferentes registros y estructuras del sujeto. Específicamente, el litoral denota la línea de borde o la frontera que delimita dos áreas distintas pero conectadas. Este concepto se deriva de la geografía, donde un litoral es la línea de costa que separa el mar de la tierra, pero en el discurso lacaniano adquiere una significación más abstracta y simbólica.


Lacan utiliza el litoral para ilustrar cómo los diferentes registros (Real, Simbólico e Imaginario) se interfieren y delimitan entre sí. Este término es crucial para entender la forma en que el inconsciente y el lenguaje funcionan, particularmente en cómo se estructuran las experiencias subjetivas y las formaciones sintomáticas.


 



Lo que no es signo del amor... lo retomo entonces de la última vez - lo que enuncié del goce del Otro, lo que acabo de recordar comentando: "del cuerpo que lo simboliza"... el goce del Otro... con la gran A que subrayé en esa ocasión... es propiamente el de "el Otro sexo", y comentaba: "del cuerpo que lo simboliza". Cambio de discurso: ciertamente es ahí donde es sorprendente que lo que articulo a partir del discurso psicoanalítico, bueno eso se mueve, eso se anuda, eso se atraviesa... ¡Nadie lo acusa el golpe!


[Es a partir del discurso Amo que se puede "señalar" esta inversión de un discurso en otro, y el movimiento que resulta de ello ("eso se mueve" dice Lacan) - la "ronda de los discursos" - solo se percibe por el "cierre" que permite el discurso A]


Por más que diga que esta noción de "discurso" debe tomarse como vínculo social... como tal fundado en el lenguaje y diferenciando sus funciones con respecto a este uso del lenguaje [como vínculo social], parece entonces que como tal no está sin relación con lo que en la lingüística se especifica como gramática... nada parece modificarse: este uso institucional, nadie lo menciona, al menos en lo que aparece.


[La linguistería que se funda en el S1 (el significante del goce, como singular (odd), cortado del saber→ la estupidez) conduce a la noción de "discurso" a tomar como vínculo social (a dos en el discurso A → cada tipo de discurso, cada "razón", funda, estructura, instituye, da forma (información) a un vínculo social, como una gramática (cf. estructurado como un lenguaje). La lingüística se funda en el significante, soporte del rasgo distintivo (fonema), y el significado como "mensaje" sujeto a la conformidad de la cadena significante al código del lenguaje (de ahí la gramática) → teoría (científica: matemática, genética...) de la información]


Quizás esto plantea la cuestión de saber qué es la noción de información. Si tomamos el lenguaje en la linguistería... la noción que parece promovida como un aparato fácil, propicio para hacer funcionar el lenguaje en la lingüística de una manera no tonta, aquella que implicaba códigos y mensajes, transmisión, sujeto por tanto, y también espacio, distancia...


Pero ¿a pesar del éxito fulgurante de esta función de información, éxito tal que se puede decir que toda la ciencia se infiltra en ella... estamos al nivel de la información molecular, del gen y de los enrollamientos de las nucleoproteínas alrededor de las hebras de ADN, ellas mismas enrolladas una alrededor de la otra, y todo eso está vinculado por enlaces hormonales, son mensajes que se envían, que se registran.


¿Qué significa esto, ya que el éxito de esta fórmula toma su fuente indiscutible en una lingüística que no es solo inmanente sino verdaderamente formulada.


En resumen, la noción que se extiende hasta los mismos fundamentos del pensamiento científico, articulada como neguentrópica... ¿hay algo que no puede hacernos cuestionar esto, si es bien lo que, por otro lado, de mi linguistería, recojo - y legítimamente - cuando uso la función del significante?


¿Qué es el significante?


El significante tal como lo heredo de una tradición lingüística que - importa señalar - no es específicamente saussuriana, remonta mucho más alto - no soy yo quien lo ha descubierto - hasta los Estoicos, se refleja en San Agustín, está estructurado en términos topológicos.


En cuanto al lenguaje, el significante es ante todo que tiene efecto de significado, que importa no eludir que entre ambos hay lo que se escribe como una barra, que hay algo "de barra" a cruzar. Está claro que esta manera de topologizar lo que es del lenguaje está ilustrada - ciertamente en la forma más admirable - por la fonología, en el sentido en que encarna del fonema lo que es del significante, pero que el significante de ninguna manera puede limitarse a este soporte fonemático.


¿Qué es un significante?


Ya es necesario que me detenga a plantear la pregunta en esta forma: "un" puesto antes del término, está en uso de artículo indeterminado, es decir, ya supone que el significante puede ser colectivizado, que se puede hacer una colección de él, es decir, hablar de algo que se totaliza.


[la esencia del significante siendo de ser "pura diferencia" con respecto a todos los demás, no hay ningún predicado que permita reunirlos todos en una colección]


Puesto que seguramente el lingüista tendría dificultades - me parece - para explicar... porque no tiene predicado para fundar esta colección, para fundarla sobre un "el"... como Jakobson señaló, y muy específicamente ayer, no es la palabra lo que puede fundar este significante, la palabra no tiene otro punto donde hacer colección que el diccionario, donde puede ser clasificada.


Para hacerles sentir que "el" significante en la ocasión... como muy propiamente de su reflexión semántica Jakobson señaló... para hacerles sentir esto, no hablaré de la famosa "frase"... que sin embargo también es la unidad significante, y que en la ocasión se intenta, en sus representantes típicos, colectar como se hace en la ocasión para una misma lengua... hablaré más bien del "proverbio" al que no puedo decir que un cierto pequeño artículo de Paulhan, que me cayó recientemente en las manos, no me haya hecho interesarme, tanto más vivamente que Paulhan parece haber notado... en esta especie de diálogo tan ambiguo, que es el que se hace del extranjero con una cierta "área de competencia lingüística" como se dice... se dio cuenta en otras palabras que con sus malgaches el proverbio tenía un peso que le pareció jugar un papel totalmente específico.


Que lo haya descubierto en esta ocasión no me impedirá ir más lejos, sino hacer notar que en los márgenes de la función proverbial hay cosas al límite que van a mostrar cómo esta significancia es algo que se abanica - si me permiten este término - del proverbio a la locución.


Lo que les voy a pedir... o buscarán en el diccionario la expresión "a tire-larigot". Háganlo, me contarán novedades! Y luego en la interpretación, la construcción, la fabulación: se va hasta inventar un Señor, solo para la ocasión, que se habría llamado Larigot, y es a fuerza de tirarle la pierna que se habría terminado creando "a tire-larigot".


– ¿Qué significa "a tire-larigot"? Hay muchas otras locuciones tan extravagantes que no significan nada más que eso: – la sumersión del deseo, es el sentido de "a tire-larigot". – ¿Por qué? – ¡Por el barril perforado! – ¿De qué? – ¡Pero de la significancia misma, "a tire-larigot": un bock de significancia.


Entonces, ¿qué es esto, qué es esta significancia?


[ni la palabra, ni la frase, ni el proverbio, ni la locución...] Al nivel en el que estamos, es lo que tiene efectos de significado.

Pero no olvidemos que al principio si se prestó atención - y tanto - al elemento significante, al fonema, fue para marcar bien que esta distancia, que se ha calificado erróneamente como fundamento de lo arbitrario... es como se expresa - probablemente contra su corazón - Saussure. Tenía que lidiar - como sucede, ¿verdad?

[sic] - con imbéciles, pensaba en algo muy diferente, mucho más cerca del texto del Cratilo cuando se ve lo que tiene en sus cajones: historias de anagramas... lo que pasa por arbitrario es que los efectos de significado, ellos, son mucho más difíciles de sopesar, es verdad que parecen no tener nada que ver con lo que los causa.


Pero si no tienen nada que ver con lo que los causa es porque se espera que lo que los causa tenga una cierta relación con lo real.


Hablo: con lo real serio. Lo que se llama real serio, es necesario, por supuesto, hacer un esfuerzo para acercarse a él, para darse cuenta de que lo serio solo puede ser lo serial, hay que haber seguido un poco mis seminarios.


Mientras tanto, lo que se quiere decir es que los referentes, las cosas a las que esto sirve - este significado - para acercarse... Pues justamente ellas permanecen aproximadas, permanecen macroscópicas, por ejemplo.


No es eso lo que importa, no es que sea imaginario, porque después de todo eso ya sería muy bueno si el significante nos permitiera señalar esta imagen que necesitamos para ser felices. Solo que no es el caso.

Es en este enfoque que el significado tiene por propiedad, salvo la introducción de lo serial, lo serio, pero eso solo se obtiene después de un muy largo tiempo de extracción del lenguaje de algo que está allí atrapado, y de lo cual nosotros - en el punto en que estoy en mi exposición - solo tenemos una idea lejana, – aunque solo sea a propósito de este "uno" indeterminado [Un significante], – y de este "el" del cual no sabemos - a propósito del significante - cómo hacerlo funcionar para que lo colectivice.


La verdad es que hay que invertir: en lugar de un significante que se interroga, interrogar el significante "1". Pero no estamos aún ahí.


Al nivel de la distinción significante-significado, lo que caracteriza al significado en cuanto a lo que está ahí sin embargo como tercero indispensable, a saber, el referente - es precisamente que el significado lo falla, es que el colimador no funciona.


Lo más de lo más es que se logra usarlo de todos modos pasando por otros trucos!

[el significado no permite acceder a lo real, excepto por la serie que no lo aborda "sino después de un muy largo tiempo de extracción" (cf. serie de Fibonacci) y de manera "aproximada" → el colimador no funciona. Cf. supra: "después de todo eso ya sería muy bueno si el significante nos permitiera señalar esta imagen que necesitamos para ser felices"]


Mientras tanto, para caracterizar la función del significante, para colectivizarlo de una manera que también parece una predicación, pues tenemos algo que es de donde partí hoy, ya que Récanati - siempre de la lógica de Port-Royal - les habló de los adjetivos sustantivados: – de la redondez que se extrae del redondo, [el "Bello" de la esfera del mundo fálico/lo inmundo de la Cosa existente] – por qué no de la justicia del justo, [el "Bien" de "justo lo que hace falta"/Jouissance peligrosa existente] – y de la prudencia de algunas otras formas sustantivas. [el "Verdadero" como aproximación de la Verdad existente]


Esto es lo que va a permitirnos avanzar nuestra "estupidez" [avanzar S1 en la ronda de los discursos], para resolver que tal vez no sea - como se cree - una categoría semántica, sino un modo de colectivizar el significante. ¿Por qué no? ¿Por qué no? El significante es tonto!

Me parece que es de naturaleza para generar una sonrisa, una sonrisa tonta por supuesto! Pero una sonrisa tonta como todos saben, solo hay que ir a las catedrales, una sonrisa tonta es una sonrisa de ángel.


Es incluso ahí la única justificación - ya saben - de la amonestación pascaliana, es su única justificación. Si el ángel tiene una sonrisa tan tonta es porque nada en el significante supremo, encontrarse un poco seco le haría bien, tal vez ya no sonreiría.


No es que no crea en los ángeles, todos lo saben: creo en ellos inextricablemente e incluso inexteilhardamente [Risas].


Es simplemente que no creo, por el contrario, que traigan el menor "mensaje" [Ἄγγελος (angelos: mensajero)], y es - en este punto, al nivel del significante, ¿verdad? - en lo que, en lo que es verdaderamente significante precisamente.


[S1, el significante fundamental, es "tonto" porque está cortado del saber: S1 ◊ S2, → asemántico, no es portador de ningún mensaje, de ningún significado, de ningún sentido, y es allí en el "sin sentido" del síntoma, del lapsus, del sueño... que "es verdaderamente significante", que significa, denota, designa, lo que no está allí, lo que siempre está ausente, lo que está "perdido" y se apunta desesperadamente]


Entonces se trataría de saber a dónde nos lleva todo esto, y de plantearnos la pregunta de por qué ponemos tanto énfasis en esta función del significante [el S1 "tonto"]. Se trataría de fundamentarlo, porque de todas formas, es el fundamento de lo simbólico - lo mantenemos - cualesquiera que sean sus dimensiones que solo nos permiten evocar el discurso analítico.


[este S1 significante "tonto" no es el de la lingüística sino el de la linguistería, de las tonterías, del goce, de lo que "no se puede decir" → en el fundamento mismo de lo simbólico como trazo, escritura, de una experiencia de goce]

Podría haber abordado las cosas de otra manera, podría haberles dicho cómo se hace para venir a pedirme un análisis por ejemplo. No quisiera tocar esa frescura, hay quienes se reconocerían, y Dios sabe lo que pensarían, lo que imaginarían de lo que pienso. Tal vez creerían que los considero tontos, lo cual es realmente la última idea que podría ocurrírseme en tal caso, no se trata en absoluto - pero en absoluto! - de la estupidez de tal o cual.


La cuestión es lo que el discurso analítico introduce un adjetivo sustantivado: la estupidez, en tanto que es una dimensión en ejercicio, del significante. Ahí, hay que mirarlo más de cerca.

[la lógica de Port-Royal (cf. supra la exposición de F. Récanati) distinguía la sustancia potencial y la sustancia predicativa (adjetivo sustantivado)].


Porque después de todo, en cuanto se substantiva [un adjetivo] es para suponer una sustancia [potencial, sub-puesta, subjectum: ὑποχείμενον (upokeimenon)], y las sustancias - por Dios - hoy en día, no tenemos muchas: – primero "la sustancia pensante", – y "la sustancia extendida".


[estas 2 sustancias son vecinas de la sustancia predicativa y de la sustancia potencial de la lógica de Port-Royal (en Port-Royal se defiende a Descartes y se inspira en Aristóteles)]

Sería conveniente tal vez interrogar a partir de ahí, dónde podría caber una "dimensión sustancial", que precisamente, por más distante que esté de nosotros, y hasta ahora solo haciéndonos señal, cuál podría ser esto a lo que podríamos enganchar esta sustancia en ejercicio, esta dimensión... que debería escribirse: d.i.t., guion, mención... a lo que la función del lenguaje es ante todo lo que vela, antes de cualquier uso mejor y más riguroso.

[lalangue como un lenguaje] [esta tercera dimensión de la sustancia (d.i.t.-mension o d.i.t.-mention incluso d.i.t.-mansion: la residencia del dicho, lugar del saber del Otro, de la verdad y del goce) revela ocasionalmente el goce que se ejerce en un "decir" cuya escritura queda por descifrar]


Primero "la sustancia pensante", podemos decir que la hemos modificado sensiblemente. Desde este "pienso" que se supone a sí mismo, deduce la existencia, hemos tenido un paso que dar y este paso es propiamente el del inconsciente.

Si hoy estoy arrastrando en el surco "el inconsciente como estructurado por un lenguaje", pues de todos modos que se sepa, es que eso cambia totalmente la función del sujeto como existente: – el sujeto no es quien piensa, – el sujeto es propiamente aquel que comprometemos - ¿a qué? - no como se lo decimos, como para encantarlo, "a decirlo todo"...


Sé que es tarde y porque no quiero cansar a aquel a quien me considero en la ocasión como el anfitrión, es decir, Jakobson, sé que hoy no llegaré a superar un cierto campo.


Sin embargo, si hablo del "no todo"... lo cual preocupa a mucha gente... si lo he puesto en primer plano para ser el objetivo de este año de mi discurso, es precisamente la ocasión para aplicarlo: no se puede "decir todo", pero que se puedan decir tonterías, eso es todo.


Con esto es con lo que vamos a hacer el análisis y con lo que entramos en el nuevo sujeto que es el del inconsciente. Es precisamente en la medida en que está dispuesto a no pensar más, el buen hombre, que quizás sabremos un poco más y sacaremos algunas consecuencias de los dichos, de los dichos precisamente de los cuales no se puede desdecir, eso es lo que es la regla del juego [más allá del discurso corriente: la irrupción de un "decir", de un Otro discurso].


De ahí surge un decir que no siempre llega a poder existir en el dicho, debido precisamente a lo que llega al dicho como consecuencia, y que es ahí la prueba donde un cierto real en el análisis de cualquiera - por muy tonto [singular, odd...] que sea - puede ser alcanzado.


[cf. L’étourdit: "Que se diga queda olvidado detrás de lo que se dice en lo que se escucha": las consecuencias del "dicho" (lo que se escucha: el sentido unívoco) ocultan el "decir"]


Estatuto del "decir": tengo que dejar todo esto de lado por hoy. Pero aun así puedo decirles que lo que habrá este año de más fastidioso es que será necesario someter a esta prueba un cierto número de dichos de la tradición filosófica.

Lo que lamento mucho es que Parménides, hablo de Parménides: de lo que aún tenemos de sus dichos, finalmente de lo que la tradición filosófica extrae de ellos, de lo que, por ejemplo, mi maestro Kojève parte: es la pura posición del ser.


[al discurso filosófico sobre el ser, tal como lo retoma Kojève de Parménides: "el ser es, el no-ser no es", Lacan opone un ser fundado en nada (cero) que existe y que funda la serie por la nominación: el cero lleva "un nombre como 1", primer elemento, luego el 1 lleva un nombre como "2", etc. (cf. la fundación por Frege de los números naturales)]


Afortunadamente, afortunadamente Parménides escribió, escribió en realidad poemas. Se confirma precisamente ahí en lo que me parece que el testimonio del lingüista aquí prima. Es que precisamente al emplear estos aparatos, estos aparatos que se parecen mucho a lo que voy - justo al final - a poder señalar, a saber la articulación matemática: – la alternancia después de la sucesión, – el encuadramiento después de la alternancia.


Finalmente, es porque era poeta que Parménides dice en suma lo que tiene que decirnos, de la manera menos tonta. Pero de otro modo "que el ser sea" y "que el no-ser no sea", no sé qué les dice a ustedes, pero a mí me parece tonto. No crean que me divierte decirlo, es agotador porque de todas formas este año necesitaremos del ser, de algo que - gracias a Dios - ya he avanzado: el significante "Uno", para el cual el año pasado les abrí el camino suficientemente, parece ser, a decir: hay del Uno. De ahí parte lo serio, por más tonto que parezca eso también.


Por tanto, tendremos algunas referencias que tomar, y tomarlas mínimamente - de la tradición filosófica.


Lo que nos interesa es dónde estamos, y dónde estamos con la sustancia pensante [el se goza] y su complemento la famosa "sustancia extendida" de la cual tampoco se deshace uno tan fácilmente, ya que es ahí el espacio moderno.


Sustancia [pensante] contra este puro espacio si puedo decir - este puro espacio como se dice... se puede decir como se dice puro espíritu, y no se puede decir que sea prometedor... este puro espacio se funda en la noción de partes a condición de agregar esto: que todas son externas: partes, extra partes, eso es con lo que estamos lidiando.

Incluso con eso se ha logrado salir adelante, es decir, extraer algunas pequeñas cosas, pero hubo que dar pasos serios.


["partes, extra partes" → topología esférica o mœbiana]

Para situar, antes de dejarlos, mi significante, les propongo, les propongo sopesar lo que, la última vez, se inscribió al comienzo de mi primera frase que incluye el goce de un cuerpo - de un cuerpo que "el Otro, lo simboliza" - y tal vez implica algo de naturaleza a poner a punto otra forma de sustancia: la sustancia gozante.


¿No es eso precisamente lo que supone - y justamente bajo todo lo que se significa - la experiencia psicoanalítica?


[discurso Amo: abandono del sentido (S1◊ S2) para la significación, cf. Frege: "Sinn und Bedeutung", Sentido y denotación]

Sustancia del cuerpo, a condición de que se defina solo por "lo que se goza". Solo propiedad del cuerpo, vivo sin duda, pero no sabemos qué es estar vivo salvo solo en esto que un cuerpo se goza.


[Descartes situaba el cuerpo en la sustancia extendida, a lo que Lacan objeta: el cuerpo solo goza de estar "corporizado de manera significante"(a) goce de una parte del cuerpo del otro. Es ahí que Lacan señala el origen del "error" de Descartes respecto a su teoría de las pasiones: "Las pasiones del alma" (Gallimard, Pléiade, p. 691).]

Y más: nos encontramos inmediatamente con esto que solo se goza corporizándolo de manera significante. Lo que quiere decir algo diferente de la pars extra partem de la sustancia extendida, como lo subraya admirablemente esta especie de... esta especie de kantiano... digámoslo es un viejo barco que está en alguna parte de mis Escritos, que se lee más o menos bien... esta especie de kantiano que era Sade, a saber: que solo se puede gozar de una parte del cuerpo del otro, como lo expresa muy, muy bien, por la simple razón de que: nunca se ha visto un cuerpo enrollarse completamente, totalmente, hasta incluir y fagocitar alrededor del cuerpo del otro [Risas].


Es por eso que uno se ve reducido simplemente a un pequeño abrazo así, un antebrazo o cualquier otra cosa [Risas]. Y que gozar tiene esta propiedad fundamental de que en suma es el cuerpo de uno que goza de una parte del cuerpo del otro. Que esa parte, puede gozar también, eso agrada al otro más o menos, pero en fin es un hecho que no puede permanecer indiferente.


[Parménides: El Poema, Los Presocráticos, París, Gallimard, La Pléiade, 1988, pp. 231- 272.]

Y después de haber tomado así lo que llamaré la causa material, iré directamente

- esto será retomado, comentado más tarde

- a la causa final, "final" en todos los sentidos del término, propiamente en esto que es el término [el fin]:

– el significante es lo que pone fin! [causa final] al goce,

– después de aquellos que se abrazan [causa formal] si me permiten: ¡ay!

– y después de aquellos que están cansados [causa eficiente]: ¡hola!


El otro polo del significante, el golpe de parada está ahí, tan al origen como puede ser el vocativo del mando. Y la eficiencia de la que Aristóteles hace la 3ª forma de la causa, no es nada más que este proyecto en el que se limita el goce.


– [la causa material: dos cuerpos, – la causa formal: el abrazo, la unión que busca colmar la falla de la inexistencia de la relación sexual,

– la causa eficiente: el goce,

– la causa final: "¡hola!" → lo que pone "¡alto!" al goce]


Todo tipo de cosas sin duda, que aparecen en el reino animal, nos hacen parodia de este camino del goce en el ser hablante. Precisamente es en ellos que algo se dibuja, que participan mucho más de la función del mensaje: la abeja transportando el polen de la flor masculina a la flor femenina, eso se parece mucho más a lo que es la comunicación.


Y el abrazo, el abrazo confuso de donde el goce toma su causa, su última causa, que es formal, ¿no es mucho más algo del orden de la gramática que lo comanda?


No es por nada que "Pierre golpea a Paul" está en el principio de los primeros ejemplos de gramática, ni que Pierre - por qué no decirlo así - "Pierre y Paule" da el ejemplo de la conjunción, con la salvedad de que hay que preguntarse después: ¿quién apoya al otro? [Risas]

Ya he jugado con eso durante veinte años. Se puede incluso decir que el verbo solo se define por esto: es un significante no tan tonto

- hay que escribirlo en una palabra


- passibête que los otros sin duda, pero también que hace el paso de un sujeto, de un sujeto precisamente a su propia división en el goce, y que lo es aún menos cuando se convierte en signo, cuando determina esta división en disyunción.


He jugado un día alrededor de un lapsus literal, "calami" se llama eso. Hice toda una de mis conferencias del año pasado sobre el lapsus ortográfico que había hecho: "Nunca sabrás cuánto te amé" dirigido a una mujer, y terminado "mé".


Uno me hizo notar desde entonces, que tomado como lapsus, eso podría significar que era homosexual. Pero lo que articulé el año pasado es que, cuando uno ama, no se trata de sexo.


Eso es sobre lo que, si les parece bien, me detendré hoy.


Dr. Oliver Salasl

Biblogriafia

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