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Clase 21 de Noviembre de 1972 - Lacan "No-toda" (Pas-tout)


Tabla de sesiones

Me ha sucedido no publicar La ética del psicoanálisis. En ese tiempo, era una forma de cortesía de mi parte:«después de usted, por favor», «por favor...», «pasen los…», «después de usted…». Con el tiempo, me he dado cuenta de que, después de todo, podía decir un poco más. Y luego me di cuenta de que lo que constituía mi camino era algo del orden del "¡no quiero saber nada de eso!". Sin duda, eso es lo que también, con el tiempo, hace que - aún - estoy aquí, y que ustedes también están aquí, ¡todavía me sorprende!


Hay algo desde hace algún tiempo [mayo de 1968] que lo favorece, y es que también en ustedes, en la gran masa de los que están aquí, un mismo - en apariencia - un mismo "¡no quiero saber nada de eso!". Pero, ¿es realmente lo mismo?


El "¡no quiero saber nada de eso!" de un cierto saber que se les transmite a retazos, ¿es realmente de eso de lo que se trata?


No lo creo. [El saber fosilizado "transmitido a retazos" del discurso universitario es violentamente cuestionado desde mayo de 1968, en nombre de un saber que buscaría la verdad a través de la ciencia, la filosofía, la sociología, etc.


Pero si el discurso universitario es rechazado, la verdad misma es mentirosa, solo se relaciona con un saber que protege... por la creencia en la existencia del Otro y las ficciones de saber que permite... del horror de otro saber, el de la castración, de la ausencia de relación sexual... → « ...¿es lo mismo? [...] No lo creo. » ] Y además, es porque ustedes me suponen partiendo de otro lugar en este "¡no quiero saber nada de eso!" que suponer les ata a mí.


[El S2 del saber supuesto a Lacan, sub-pone (sub-jectum) un sujeto (que nunca es más que supuesto): S1← S2: el "sujeto supuesto saber" en el origen de la transferencia, sujeto depositario del saber universal: el Otro, el "Dios de los filósofos" de Pascal, o el "saber absoluto" de Hegel, etc. El fin de la transferencia es también la caída del "sujeto supuesto saber"].


De modo que, si es verdad que digo que con respecto a ustedes solo puedo estar aquí en posición de analizante de mi "¡no quiero saber nada de eso!", de aquí a que ustedes alcancen lo mismo, pasará mucho tiempo.

[Lacan siempre ha dicho que hablaba (primero y ante todo) a los analistas.


Su seminario se parece a un dispositivo analítico invertido:– ante un analista: Jacques Lacan, muchas personas vinieron en posición de analizante de su "¡no quiero saber nada de eso!" de que el Otro no existe.– muchos analistas vinieron al seminario donde Lacan está en posición de analizante de su "¡no quiero saber nada de eso!" de este inconsciente real que no puede ser alcanzado solo por el trabajo de desciframiento del inconsciente-lenguaje.


Pero aquí, en posición de analizante, Lacan produce solo (cf. «...solo como siempre he estado...») el camino del saber del segundo giro "de los giros dichos", que apunta - más allá de la verdad a medias dicha - al real del decir.


La media verdad no puede sino fallar en el real del decir, la verdad es mentirosa (alétheia), solo puede ocultar el real. Pero lejos de la verdad, en el fuera de sentido de los S1, haciendo resonar en serie las equívocas de lalengua,– se puede alcanzar la dimensión real del síntoma,– reconocer en ella la inédita de las letras del "poema de lalengua" del que cada uno está constituido,– y alcanzar la posición de un sujeto separado del Otro y de sus identificaciones.→ « ...de aquí a que ustedes alcancen lo mismo, pasará mucho tiempo. »]

Y es bien, es precisamente lo que hace que solo cuando el suyo [« ¡no quiero saber nada de eso! »] les parezca suficiente, pueden - si son, inversamente, mis analizantes - pueden normalmente desvincularse de su analista.


No hay - contrariamente a lo que se emite - ningún callejón sin salida en mi posición de analista con respecto a lo que hago aquí con ustedes.


El año pasado, titulé lo que creía poder decirles: « …o peor », luego: « eso se empeora », (s,apóstrofo). No tiene nada que ver con « yo » o « tú »: « yo no te empeoro », ni « tú no me empeoras ». [el título del seminario 1971-72 fue « …Ou pire » → dos dimensiones heterogéneas: « ... » y « Ou pire ».– el « Ou pire », el saber no sabido del inconsciente-lenguaje que se estructura en discurso en el dispositivo analítico, donde « eso se empeora »,– el « … » del « decir », aquí representado por los puntos suspensivos,]


Nuestro camino, el del discurso analítico, solo progresa desde este estrecho límite, desde este filo de navaja que hace que en otro lugar solo pueda "empeorarse". [este camino que Lacan abre en un litoral (literal) estrecho (cf. Lituraterre) entre:– de un lado lo indecible del real (no aprehensible por lo simbólico), el muro de lo imposible,– y del otro el saber no sabido de un inconsciente estructurado como un lenguaje, del que hay que descifrar la enigma],entre ambos, el camino litoral del discurso analítico, el de la letra.



1 Jacques Lacan: La ética del psicoanálisis, Libro VII, París, Seuil, 1986.

Este discurso [analítico] me sostiene y para reempezarlo este año, primero les supondré en la cama, una cama de "pleno empleo", a dos.[« en la cama » a dos, con un imperativo:

« ¡Goza! » - la cama del amor conyugal, la de la jouissance (en sentido jurídico), de la unión legal (código civil), pero también la cama de la jouissance prohibida, la cama del sueño, y el diván que une (cama) al analizante con el sujeto supuesto saber por el amor « de transferencia »]


Aquí debo disculparme ante alguien que, habiendo tenido la amabilidad de indagar sobre lo que es mi discurso - un jurista para situarlo - pensé poder... poder para - a él - hacerle sentir cuál es su fundamento, es decir, que el lenguaje no es el ser hablante, le dije que no me sentía fuera de lugar hablando en una Facultad de Derecho, aquella donde es sensible - sensible por lo que se llama la existencia de los códigos, del código civil, del código penal y de muchos otros - que el lenguaje se sostiene allí, está aparte [los numerosos volúmenes de los códigos: civil, penal…], y que el ser hablante - lo que se llama « los hombres » - tiene que ver con eso tal como se ha constituido a lo largo de los siglos.


Así que empezar, empezar por suponerles en la cama, por supuesto, debo disculparme ante él por eso. No me desviaré de eso hoy. Y si puedo disculparme es para recordarle, recordarle que, en el fondo de todos los derechos, está de lo que voy a hablar, es decir, la jouissance.


El derecho habla de eso, el derecho no desconoce incluso este principio, este buen derecho consuetudinario del que se funda el uso del concubinato, que significa dormir juntos. Obviamente partiré de otra cosa, de lo que en el derecho permanece velado, es decir, lo que se hace de ello: estrecharse. Pero eso es porque parto del límite, de un límite del que, en efecto, hay que partir para ser serios, lo que ya he comentado: poder establecer la serie 2, la serie de lo que se le acerca.


El usufructo 3 eso es bien una noción de derecho que reúne en una sola palabra lo que ya he recordado en este seminario sobre la ética del que hablaba antes, es decir, la diferencia que hay entre la herramienta 4, lo útil y la jouissance. Lo útil,


¿para qué sirve?


Nunca se ha definido bien debido a un respeto - un respeto prodigioso - que gracias al lenguaje el ser hablante tiene por el medio.


El usufructo significa que uno puede gozar de sus medios pero que no debe desperdiciarlos. Cuando se recibe una herencia, se tiene el usufructo, se puede gozar de ella a condición de no usarla en exceso. Ahí está la esencia del derecho: es distribuir, retribuir, lo que es la jouissance.


Pero ¿qué es la jouissance?


Es precisamente lo que por ahora se reduce a nosotros a una instancia negativa: la jouissance es lo que no sirve para nada.

Solo que eso no dice mucho más.

Aquí apunto, apunto "la reserva" que implica este campo del derecho, del derecho a la jouissance.[la reserva es la parte de un lienzo, protegida por cera, que no será ni impresa ni pintada.

La jouissance es heterogénea al campo del derecho (limitada al usufructo), lo que queda en blanco en este campo]


El derecho no es el deber, nadie está obligado a gozar, salvo el superyó. El superyó es el imperativo de la jouissance: "¡goza!", es el mandamiento que parte... ¿de dónde? Es ahí donde se encuentra el punto crucial [cf. esquema] que interroga el discurso analítico. [en el discurso analítico el analista en posición de semblante (a) interpela al sujeto (S) en posición de Otro, sobre su jouissance. El analizante "produce" enjambres de S1 cortados del saber S2 (en posición de verdad). Estos enjambres de S1 son cualquier significante cortado del saber→ asémanticos (« digan todo lo que les pase por la cabeza incluso si no tiene sentido »), pero no pueden reunirse con su verdad en S2, solo dejar entrever fugazmente S2 como saber local que yace allí.]





2 La serie de Fibonacci, cf. seminario 1966-67: Lógica del fantasma, sesiones del 22-02 al 14-06. 3 Usufructo: derecho real temporal de uso y disfrute de un bien perteneciente a un tercero: el nudo-propietario, con la obligación del usufructuario de conservar la sustancia y el destino de dicho bien. 4 Herramienta: en el siglo XVI a menudo "util", en Bloch y Von Wartburg, PUF, p. 452 (7ª ed. 1986).

Es en este camino que he intentado en un tiempo - el tiempo del "después de usted…" - que he "dejado pasar" [cf. inicio de la sesión] para mostrar que si el análisis nos permite avanzar en una cierta cuestión [ética: del "derecho" al "deber" (de jouissance)], es porque no podemos limitarnos a lo que partí - ciertamente respetuosamente - de lo que partí, es decir, de la Ética de Aristóteles 5, para mostrar qué deslizamiento se había producido con el tiempo. Deslizamiento que no es progreso, deslizamiento que es contorno, deslizamiento que de una consideración - en el sentido propio del término - de una consideración del ser que era la de Aristóteles, ha hecho venir– al tiempo del utilitarismo de Bentham,– al tiempo de la Teoría de las ficciones,– al tiempo de lo que del lenguaje [Saussure] ha demostrado el valor de herramienta, el valor de uso.


[Aristóteles se sitúa en el discurso del amo (amo → m' →ser: S1→ S2→ a), que es un discurso sobre la naturaleza del ser que se determinaría del "soberano Bien": a, de una jerarquía cosmológica de la armonía de las esferas: de la esfera sublunar (el mundo humano) a la esfera suprema: la esfera inmóvil que sería el principio de todo. De Aristóteles (-384, -322) a Bentham (1748, 1832) luego Saussure (1857, 1913), el lenguaje se concibe en un mismo "contorno" (S1 → S2),– como estructura de orden social (amo-esclavo) para Aristóteles (M),– como estructura de apropiación de bienes para Bentham y su teoría de las ficciones (U),– como estructura de comunicación del saber (el significante/significado de Saussure: H).


Estos tres discursos pertenecen al mismo contorno esférico (con un interior y un exterior) y son consistentes (universo, cosmos...) por exclusión de lo heterogéneo (ex-sistencia):– a en el discurso Histérico (al menos en su vertiente "discurso científico"),– S en el discurso Amo,– S1 en el discurso Universitario,→ con en cada uno de estos discursos la conexión S1 → S2 planteada como relación + principio de no contradicción (exclusión de lo imposible) ].


Y es lo que nos permite finalmente volver a interrogar lo que es ese ser, ese "Soberano Bien" [a] posicionado allí como objeto de contemplación, y de donde se había creído poder edificar una ética [fundamento de un "deber ser"].


Les dejo entonces en esta cama a sus inspiraciones [en el abrazo sexual o en el sueño]. Salgo, y una vez más escribiré en la puerta... para que a la salida, quizás, puedan darse cuenta de los sueños que habrán seguido en esta cama...


la siguiente frase: la jouissance del Otro... del Otro con [una A mayúscula]... me parece que desde hace tiempo - ¿verdad? - ya es suficiente para que me detenga aquí.


Ya les he machacado bastante los oídos con este "gran A" que viene después [en la frase: « el Otro con... »], ya que ahora está por todas partes, este gran A puesto delante del Otro, más o menos oportunamente por cierto, se imprime a diestro y siniestro... la jouissance del Otro, del cuerpo del Otro que... también él: "con una A mayúscula"... del cuerpo del Otro que lo simboliza, no es el signo del amor.


Escribo esto y no escribo después: terminado, ni amén ni así sea. No es el signo... Sin embargo, es la única respuesta.Lo complicado es que la respuesta ya está dada a nivel del amor.Y que la jouissance, por lo tanto, sigue siendo una cuestión, una cuestión en el sentido de que la respuesta que puede constituir no es necesaria en primer lugar.


No es como el amor: el amor, él, hace signo y - como lo he dicho durante mucho tiempo - siempre es recíproco.He avanzado esto muy suavemente diciendo que los sentimientos siempre son recíprocos, era para que me volviera:– Y entonces, y entonces... ¿y el amor... y el amor... siempre es recíproco?– ¡Claro que sí! ¡Claro que sí! [Risas] Es incluso por eso que se inventó el inconsciente, es para darse cuenta de que "el deseo del hombre es el deseo del Otro", y que el amor es una pasión que puede ser la ignorancia de ese deseo, pero que no le deja por ello menos toda su extensión.


Cuando se observa más de cerca se ve el desastre. [« el deseo del hombre es el deseo del Otro » → aspiración a ser uno solo → desastre] Así que, por supuesto, eso explica que la jouissance del cuerpo del Otro, ella, no sea una respuesta necesaria. [ pues « el amor es recíproco », basta para encontrar la completitud, la plenitud del Uno] Va incluso más allá, tampoco es una respuesta suficiente porque el amor - él - pide amor, no deja de pedirlo, ¡lo pide aún! [→ la jouissance: ni necesaria, ni suficiente]"Encore" es el nombre propio de esa falla de la que, en el Otro, parte la demanda de amor. [la falla en el Otro (S(A)) es estructural, permanente → el amor, que permitiría la "completitud", se pide aún y aún] Entonces, ¿de dónde parte, de dónde parte "eso" que es capaz...ciertamente - pero de manera no necesaria, no suficiente...de responder por la jouissance, la jouissance del cuerpo, del cuerpo del Otro?


Es precisamente lo que el año pasado, inspirado de alguna manera por la capilla de Sainte-Anne que me llevaba al sistema, me dejé llevar a llamar el (a)muro 8. [las "trazas", en el cuerpo, de los objetos a].


El (a)muro es lo que aparece en signos extraños en el cuerpo y que viene de más allá, del exterior, de ese lugar que creímos, así, poder observar al microscopio en la forma del germen, del que les haré notar que no se puede decir que eso sea la vida, ya que también lleva la muerte, la muerte del cuerpo, que lo reproduce, que lo repite, que es de ahí que viene el en-cuerpo.


Es falso decir "separación" del soma y del germen, ya que al llevar este germen el cuerpo lleva trazas. [las trazas de las que se trata en el (a)muro no son las de los caracteres sexuales, sino los "signos extraños inscritos" en el cuerpo, ropas, joyas, adornos, tatuajes, que envuelven el cuerpo y significan su unidad por la presencia de un ἄγαλμα [agalma] (a) escondido dentro, de un Bien supremo]Hay trazas en el (a)muro. El ser del cuerpo es sexuado, ciertamente, pero eso es secundario como se dice.Y como la experiencia [Ψ] lo demuestra, no son esas trazas [♀,♂] de las que depende la jouissance del cuerpo en tanto que el Otro lo simboliza.


Eso es lo que avanza la más simple consideración de las cosas.¿De qué se trata entonces en el amor? Como la psicoanálisis lo avanza... con una audacia tanto más increíble cuanto toda su experiencia va en contra, que lo que demuestra es lo contrario... el amor es hacer Uno.


Es cierto que... que se habla solo de eso desde hace tiempo, del Uno: la fusión, el ἔρως [eros] sería la tensión hacia el Uno."Hay de l'1", es de eso que he sustentado mi discurso del año pasado, y ciertamente no para confluir en esta confusión original [2 en 1 → "Uno"], la del deseo que solo conduce a la visión de "la falla" donde se demuestra que el Uno solo se sostiene de la esencia del significante. Si he interrogado a Frege 9 al principio es para intentar demostrar la brecha que hay, de ese Uno a algo que se relaciona con el ser, y detrás del ser, a la jouissance. [« Hay de l'1 » no apunta al « Uno »: « el amor es hacer Uno », sino que apunta precisamente a fundamentar el 1 en el « 0 » (« ...la « brecha » que hay de este 1... al ser »), como Frege (Die Grundlagen der Arithmetik) engendra la sucesión de los números a partir de l 0 como concepto contradictorio]

Puedo sin embargo decirles con un pequeño ejemplo: el ejemplo de un periquito [Risas] que estaba enamorado de Picasso. Pues bien, eso se veía en la forma en que mordisqueaba el cuello de su camisa y los faldones de su chaqueta. Este periquito estaba realmente enamorado de lo que es esencial al hombre, a saber, su atuendo. Este periquito era como Descartes, para quien los hombres eran trajes en pro-ménade10 si se me permite, claro que es « pro », promete la ménade 11, es decir: cuando se quitan [los trajes]. Pero eso no es más que un mito, un mito que converge con la cama de antes [2 en 1].[jouir de un cuerpo [a] cuando no hay más trajes es algo que deja intacta la cuestión [corte de la grabación] de lo que hace el Uno, es decir, de la identificación. El periquito se identificaba con Picasso vestido. Lo mismo ocurre con todo lo que es del amor.] 8 Cf.


El saber del psicoanalista (« Conversaciones de Sainte-Anne »), sesión del 06-01-1972 .9 Cf. seminario 1964-65: « Problemas cruciales del psicoanálisis » sesiones del 20-01, 27-01, 24-02-1965.10 Cf. Descartes: Meditaciones metafísicas, París, Gallimard, La Pléiade, 1953, p. 281:


«… si por casualidad miraba desde una ventana a hombres que pasaban por la calle, al verlos no dejo de decir que veo a hombres, del mismo modo que digo que veo cera, y sin embargo, ¿qué veo desde esta ventana sino sombreros y abrigos? ».11 Ménades: Ninfas campestres, nodrizas y luego acompañantes de Dionisio. Se las representaba despeinadas, desnudas o vestidas con velos ligeros, lanzando gritos, presas de pasiones desenfrenadas.


– En otras palabras, el hábito ama al monje porque es por eso que todos son Uno.– En otras palabras, lo que hay bajo el hábito y que llamamos el cuerpo, tal vez no sea más que el resto que llamo el objeto(a).


Lo que hace que la imagen [el abrigo] se sostenga es un resto. [(a) como perchero, sosteniendo] Y lo que el análisis demuestra es que el amor en su esencia es narcisista, que la charlatanería sobre lo objetal es algo que, precisamente, sabe denunciar en lo que es resto en el deseo, es decir, su causa, y lo que lo sostiene– de su insatisfacción [cf. el histérico],– o de su imposibilidad [cf. el obsesivo].


La impotencia del amor - aunque sea recíproco - se debe a esta ignorancia de ser el deseo de ser Uno.Y esto nos lleva a lo imposible de establecer la relación de ellos - ¿la relación de ellos quién? - los dos sexos.


Sin duda, he dicho, lo que aparece en estos cuerpos, bajo estas formas enigmáticas que son los caracteres sexuales que no son más que secundarios, sin duda hace al ser sexuado, pero el ser es la jouissance del cuerpo como tal, es decir, como (a)... escríbanlo como quieran [(a)sexuado o asexuado]... como (a)sexuado, ya que lo que se llama "jouissance sexual" está dominado, marcado por la imposibilidad de establecer como tal, en ninguna parte del enunciable, este único Uno que nos interesa: el Uno de la relación "relación sexual".


Eso es lo que el discurso analítico demuestra, en esto precisamente que para lo que es uno de estos seres como sexuado, el hombre en tanto que está provisto del órgano llamado fálico - he dicho: "llamado…" - el sexo, el sexo corporal, el sexo de la mujer... he dicho de "la mujer": precisamente no hay, no hay "La mujer", la mujer no es "toda"… el sexo de la mujer no le dice nada, salvo por medio de la jouissance del cuerpo [los objetos "a"].


[Discurso A: a(Semblante) → S(l'Autre como jouissance)→ S1(Producto como Plus de Jouir) ◊ S2 (Verdad como jouissance del cuerpo del Otro, La mujer)].




No hay relación sexual, la sexualidad apunta a S1 pero solo alcanza los objetos(a), parciales y pregenitales: oral, anal, vocal, escópico:– Sobre la cuestión del amor→ « ¿ese S1, es de ellos? », S1→ S2 → a: → « ¡no es eso! » →« Te pido que rechaces lo que te ofrezco, porque eso no es eso ».– Sobre la cuestión de la jouissance→ « ¿ese S1, S2? » o S1 ◊ S2 → « no es eso » (no hay jouissance del cuerpo del Otro → La[/] mujer, no "La mujer").] Y que no se me hable de los caracteres sexuales secundarios de la mujer porque, hasta nuevo aviso, son los de la madre los que predominan en ella.


Nada distingue como ser sexuado a la mujer, salvo precisamente el sexo. Que todo gire en torno a la jouissance fálica es muy precisamente lo que la experiencia analítica atestigua, y atestigua en esto que La mujer se define por una posición que he señalado de "no toda" en el lugar de la jouissance fálica. [reanudación de la grabación] Voy un poco más allá, la jouissance fálica es el obstáculo por el cual el hombre no logra - diría - gozar del cuerpo de la mujer precisamente porque de lo que goza es de esta jouissance, la del órgano. Y es por eso que el superyó, tal como lo he señalado antes del "¡goza!", es correlato de la castración que es el signo del que se adorna la confesión de que la jouissance del Otro - del cuerpo del Otro - solo se promueve de la infinitud, voy a decir cuál: la que sostiene la paradoja de Zenón - ni más ni menos - él mismo.



 

Nota: ByOs

La paradoja de Zenón, específicamente la de Aquiles y la tortuga, sostiene que el movimiento es imposible debido a que implica una división infinita del espacio y del tiempo. La paradoja se plantea de la siguiente manera:

  1. La carrera entre Aquiles y la tortuga: Imaginemos una carrera en la que Aquiles, el corredor más rápido, compite contra una tortuga, que tiene una ventaja inicial. Zenón argumenta que Aquiles nunca alcanzará a la tortuga porque, para hacerlo, primero debe llegar al punto donde la tortuga comenzó. Sin embargo, mientras Aquiles llega a ese punto, la tortuga habrá avanzado un poco más. Este proceso se repite infinitamente, con Aquiles siempre acercándose pero nunca alcanzando a la tortuga.

  2. División infinita del espacio y del tiempo: La paradoja se basa en la idea de que el espacio y el tiempo pueden dividirse infinitamente. Cada vez que Aquiles recorre una distancia, aún queda una distancia menor por recorrer, lo que crea una serie infinita de tareas que Aquiles debe completar.

 


Aquiles y la tortuga, ese es el esquema del goce, de un lado del ser sexuado [♀]. Cuando Aquiles ha dado su paso, tirado su golpe junto a Briseida, como la tortuga, ella también ha avanzado un poco, esto porque ella no es "toda", no toda a él, queda algo, y Aquiles tiene que dar el segundo paso como saben, así sucesivamente... Es incluso así como en nuestros días - pero solo en nuestros días - se ha llegado a definir el número, el verdadero [número], o para decir mejor, el [número] real. Porque, lo que Zenón no había visto, es que la tortuga tampoco está libre de esta fatalidad de Aquiles, es que como su paso es cada vez más pequeño, tampoco llegará nunca al límite.Y es en eso que se define un número cualquiera, si es real.


Un número tiene un límite, y es en esa medida que es infinito. [ej.: la sucesión geométrica de razón ½ y de primer término 1 (1 + ½ + ¼ +… converge (al infinito) hacia su límite: 2, sin alcanzarlo nunca] Aquiles, está claro, no puede más que adelantar a la tortuga, no puede alcanzarla, pero solo la alcanza en la infinitud.




 

ByOs


En la versión más común de la paradoja, Aquiles, un corredor rápido, da una ventaja a una tortuga lenta en una carrera. Zenón argumenta que, cada vez que Aquiles llega al punto donde estaba la tortuga, esta ha avanzado un poco más. Por lo tanto, según Zenón, Aquiles nunca puede alcanzar a la tortuga porque siempre hay una distancia, por pequeña que sea, entre ellos.


Esta paradoja se resuelve en términos matemáticos modernos mediante la noción de series infinitas y límites. La sucesión geométrica que mencionas, con razón ½ y primer término 1, es un ejemplo clásico de una serie convergente. La suma de los términos de esta serie es finita y se aproxima cada vez más a 2 sin alcanzarlo nunca en un número finito de pasos.





Esta serie converge a 2.

De manera similar, en la paradoja de Aquiles y la tortuga, la distancia que Aquiles debe recorrer se puede dividir en una serie infinita de segmentos cada vez más pequeños, pero la suma de todos estos segmentos es finita. Esto significa que, en un tiempo finito, Aquiles alcanza a la tortuga.


Entonces, desde un punto de vista matemático, Aquiles sí alcanza a la tortuga, y la distancia entre ellos converge a cero en un tiempo finito. La paradoja destaca una comprensión clave en cálculo y análisis matemático: una serie infinita puede tener una suma finita, y un proceso continuo de acercamiento puede llegar a un límite finito.


En términos filosóficos y psicoanaliticos, esta paradoja también puede ser interpretada como una metáfora de los límites y la infinitud en el pensamiento humano. La idea de que un límite puede ser un punto de referencia infinito refleja la tensión entre lo finito y lo infinito en nuestra percepción y comprensión del mundo.


 


Solo hay dicho esto para lo que es de la jouissance en tanto que es sexual:– la jouissance está marcada de un lado por este agujero que solo la asegura de otro camino que no sea la jouissance fálica,– ¿del otro lado [del lado del Otro], algo no puede alcanzarse que nos diga cómo lo que hasta ahora no es más que falla, brecha en la jouissance [falla de la jouissance fálica], se realizaría? [jouissance del cuerpo del Otro] Esto es lo que, cosa singular, solo puede ser sugerido por visiones muy extrañas."Extraño" es una palabra que puede descomponerse: el ser ángel. [Cf.


La Anunciación, pero sobre todo los Evangelios (del griego εὐαγγέλιον evangélion: "buena nueva") → el mensaje del amor (divino). El énfasis está puesto en el mensaje, en un saber (S2) → ser ángel es apuntar al Otro como saber (y la jouissance del cuerpo del Otro)] Es algo contra lo que nos pone en guardia la alternativa de ser tan bobo como el periquito de antes.[apuntar a S1 el significante asémico - privado de sentido y no alcanzar más que (a): ser bobo es apuntar al significante fálico → apuntar a la repetición de "la jouissance del idiota", que no lleva más que al objeto parcial y a la jouissance fálica (a → ? S→ S1), pero cierra el acceso a S2 (impotencia para alcanzar la jouissance del cuerpo del Otro: S1◊S2).



 

ByOs

El término "asémico" se refiere a la escritura o arte asémico, que es una forma de expresión gráfica que carece de un significado semántico fijo. Es decir, se trata de escrituras, signos o símbolos que no están destinados a ser leídos o interpretados en el sentido tradicional del lenguaje escrito.


En lugar de comunicar un significado claro, la escritura asémica se enfoca en la forma, el estilo y la estética de los caracteres, ofreciendo una experiencia visual que puede ser interpretada de múltiples maneras por el espectador.


El arte asémico puede encontrarse en diversas formas, desde dibujos y pinturas hasta caligrafía abstracta y collages. Es una forma de comunicación que trasciende las barreras lingüísticas y culturales, permitiendo una interpretación más libre y subjetiva.


Algunos artistas contemporáneos han explorado la escritura asémica como una manera de desafiar las convenciones del lenguaje y la comunicación, buscando nuevas formas de expresión y significado. Es una forma artística que invita a la introspección y la contemplación, donde cada observador puede encontrar su propio significado en los trazos y formas presentados.





 

La "bobería" son las palabras privadas de sentido, o que tienen que ver con el amor, que apuntan a S1 pero no alcanzan más que (a).– Cf. el inicio de la siguiente sesión sobre el discurso analítico y la dimensión de la bobería.– Cf. el "pequeño Hans" y su acercamiento a la bobería.– Cf. Pascal: "El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien quiere hacer el ángel haga la bestia."→"el periquito enamorado de Picasso" apunta al amor (S1), alcanza "los signos extraños en el (a)muro" y solo obtiene una jouissance fálica] Pero sin embargo, observemos de cerca lo que nos inspira la idea de que en la jouissance - en la jouissance de los cuerpos - la jouissance sexual tenga este privilegio de poder ser interrogada como especificada al menos por una impasse.


Es, en este espacio, espacio de la jouissance, tomar algo limitado, cerrado: es un lugar [el lenguaje como lugar del Otro → heterogeneidad del ser y del Otro → geometría], y hablar de ello es una topología [la palabra recorre el lugar → el ser en el Otro→ topología]. Aquí nos guía lo que, en algo que verán aparecer en la punta de mi discurso del año pasado, creo demostrar: la estricta equivalencia de topología y estructura12, lo que distingue el anonimato de lo que se habla como jouissance, a saber lo que ordena el derecho: una geometría precisamente, la heterogeneidad del lugar, es que hay un lugar del Otro.



 

ByOs


Para desglosar y comprender mejor el texto, es útil considerar varios aspectos clave:

  1. Espacio de la jouissance: Lacan se refiere a la jouissance como un espacio limitado y cerrado. La jouissance es un concepto que trasciende el simple placer, involucrando una dimensión de exceso y transgresión en relación con el Otro y el lenguaje.

  2. Lugar del lenguaje como lugar del Otro: Lacan postula que el lenguaje constituye un lugar, y este lugar está asociado con el Otro. Aquí, el Otro no es solo otro individuo, sino el gran Otro, la instancia simbólica que estructura el deseo y la subjetividad del individuo.

  3. Heterogeneidad del ser y del Otro: Existe una diferencia fundamental (heterogeneidad) entre el ser del sujeto y el lugar del Otro. Esta diferencia es esencial para la estructura del deseo y la subjetividad.

  4. Geometría y topología: Lacan introduce la idea de que hablar del lenguaje y del lugar del Otro es una cuestión de topología. La topología, en este contexto, se refiere a cómo los elementos se relacionan en un espacio abstracto, más allá de la geometría euclidiana tradicional.

  5. Equivalencia de topología y estructura: Lacan afirma la equivalencia entre topología y estructura. Esto significa que la forma en que los elementos se organizan y se interrelacionan topológicamente es equivalente a la estructura subyacente de los mismos. Esta equivalencia es crucial para entender cómo el lenguaje y la jouissance se estructuran y se manifiestan.

  6. Anonimato de la jouissance: La jouissance tiene una dimensión anónima, en el sentido de que no está completamente inscrita en el orden simbólico del lenguaje y el derecho. Esta anonimidad se contrasta con la ordenación del derecho, que implica una geometría, una organización precisa del espacio simbólico.

  7. Lugar del Otro: El Otro tiene un lugar específico en esta estructura, que es esencialmente heterogéneo y topológicamente significativo.




 

De este lugar del Otro - de un sexo como Otro, como Otro absoluto - ¿qué nos permite avanzar el desarrollo más reciente de esta topología, avanzaré aquí el término de compacidad. Nada más compacto que una falla, si está claro que en algún lugar se da que la intersección de todo lo que allí se cierra, siendo admitida como existente en un número finito de conjuntos [→ al menos dos], resulta - es una hipótesis - resulta que la intersección existe en un número infinito [→Φ]. Esto es la definición misma de la compacidad 13.

[la falla incluye su límite → espacio cerrado.


En esta falla si dos (al menos) subconjuntos cerrados tienen una intersección no vacía, entonces existe una infinitud de conjuntos cerrados (cf. Teorema de Borel-Lebesgue sobre los reales) que tienen una intersección no vacía, lo que - aplicado aquí - muestra una infinitud de jouissances fálicas conectadas entre sí (intersecciones no vacías) →Φ → cobertura de "la falla" posible hasta los límites (sin alcanzarlos) por una infinitud de jouissances "cerradas" interconectadas por Φ→ (jouissances fálicas "masculinas")] Y esta intersección de la que hablo [Φ] es aquella que he avanzado antes como siendo lo que cubre, lo que hace obstáculo a la relación sexual supuesta, es decir: a lo que enuncio que el avance del discurso analítico [A] sostiene precisamente en esto: que lo que [A] demuestra es que su discurso no sosteniéndose más que del enunciado de que no hay, que es imposible plantear la relación sexual, es por ahí que [A] determina lo que realmente es también el estatuto de todos los otros discursos.



 

ByOs

Interpretación

Este teorema es crucial porque establece que cualquier intervalo cerrado y acotado en los reales es compact. En otras palabras, la compactación de un intervalo cerrado y acotado significa que se puede cubrir completamente con un número finito de intervalos abiertos, lo cual no es necesariamente cierto para intervalos abiertos o intervalos no acotados.

Consecuencias

  1. Compacidad en R\mathbb{R}R:

  • El teorema de Borel-Lebesgue implica la compacidad de los intervalos cerrados y acotados en R\mathbb{R}R. Un conjunto en R\mathbb{R}R es compacto si y solo si es cerrado y acotado.

  1. Teoría de la medida:

  • En la teoría de la medida, este teorema se utiliza para demostrar que los conjuntos medibles en R\mathbb{R}R pueden ser aproximados mediante intervalos abiertos, lo que es fundamental para definir la medida de Lebesgue.

  1. Análisis real y funcional:

  • En análisis real y funcional, la compacidad de conjuntos juega un papel crucial en la convergencia de secuencias y en la continuidad de funciones. El teorema de Borel-Lebesgue garantiza que cualquier función continua en un intervalo cerrado y acotado es uniformemente continua y alcanza sus valores máximo y mínimo.




 

[sólo el discurso A sostiene la imposibilidad de la relación sexual [S1◊S2], los otros discursos sostienen su posibilidad (cobertura de la falla por la jouissance fálica):– el discurso M: con S1→ S2: relación amo-esclavo → producción de a pero a costa de la incompletitud del discurso (exclusión de S),– el discurso H: con S→ S1: S1→ S2 contingente: producción de un saber S2 pero a costa de la inconsistencia del discurso, (exclusión de a)– el discurso U: con S2→ a: S1→ S2 necesario y producción de sujetos del conocimiento pero a costa de lo indemostrable del discurso (exclusión de S1)].



12 Jacques Lacan: « L’étourdit », Scilicet 4, París, Seuil, Le champ freudien, 1973.13 Cf. seminario 1966-67: La lógica del fantasma: la serie de Fibonacci como forma de la inconmensurabilidad de a a 1.



 

ByOs

En su obra «L’étourdit», publicada en Scilicet 4 en 1973, Jacques Lacan presenta una serie de conceptos complejos relacionados con la estructura del lenguaje y el inconsciente. Específicamente, en el seminario de 1966-67 titulado La lógica del fantasma, Lacan explora la serie de Fibonacci como una forma de representar la inconmensurabilidad del objeto a respecto al sujeto.

«L’étourdit» (1973)


En «L’étourdit», Lacan desarrolla la idea de que el lenguaje y el inconsciente están intrínsecamente relacionados, y que la estructura del lenguaje influye en la manera en que se manifiestan los procesos inconscientes. Esta obra es notable por su densidad teórica y su estilo característico, lleno de juegos de palabras y referencias a diversos campos del saber.

Seminario de 1966-67: La lógica del fantasma


En el seminario La lógica del fantasma, Lacan introduce la serie de Fibonacci como una metáfora para describir la relación entre el objeto a y el sujeto. La serie de Fibonacci, conocida por su aparición en diversas estructuras naturales y matemáticas, representa una progresión en la que cada número es la suma de los dos anteriores, generando una secuencia que se aproxima a la proporción áurea.


La inconmensurabilidad del objeto a respecto al sujeto

La utilización de la serie de Fibonacci por Lacan tiene como objetivo ilustrar cómo el objeto a, como causa del deseo, siempre permanece fuera del alcance completo del sujeto. Esta inconmensurabilidad se refiere a la imposibilidad de medir o representar de manera exacta la relación entre el objeto a y el sujeto, similar a cómo la proporción áurea es una constante irracional que no puede ser representada de manera precisa mediante un número finito de dígitos decimales.

Conexión entre los conceptos

La conexión entre «L’étourdit» y La lógica del fantasma se encuentra en la manera en que Lacan aborda la estructura del lenguaje y el deseo. En ambos textos, Lacan utiliza metáforas matemáticas y estructurales para ilustrar cómo el inconsciente y el deseo operan de manera que desafían la lógica lineal y racional.


En resumen, en «L’étourdit», Lacan profundiza en la relación entre el lenguaje y el inconsciente, mientras que en La lógica del fantasma, utiliza la serie de Fibonacci para explicar la inconmensurabilidad del objeto a respecto al sujeto, resaltando la naturaleza esquiva y compleja del deseo humano.


La fórmula para la serie de Fibonacci es bastante simple y se define recursivamente de la siguiente manera:

F(n)=F(n−1)+F(n−2)F(n) = F(n-1) + F(n-2)F(n)=F(n−1)+F(n−2)

donde:

  • F(0)=0F(0) = 0F(0)=0

  • F(1)=1F(1) = 1F(1)=1

A partir de estos valores iniciales, cada término subsiguiente se calcula como la suma de los dos términos anteriores. Los primeros términos de la serie de Fibonacci son:

0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,…

 



Tal es denominado el punto que cubre, que cubre la imposibilidad de la relación sexual como tal. La jouissance en tanto que sexual es fálica, es decir, que no se relaciona con el Otro como tal. Sigamos allí el complemento de esta hipótesis de compacidad. Una fórmula nos es dada por la topología que he calificado de "la más reciente", es decir, de una lógica construida, construida precisamente sobre la interrogación del número y de lo que conduce: de una restauración de un lugar que no es el de un espacio homogéneo.





[→ la falla: conjunto cerrado incluyendo su propio límite, tal como el número] El complemento de esta hipótesis de compacidad es el siguiente: en el mismo espacio limitado, cerrado, supuesto instituido, el equivalente de lo que antes he avanzado de la intersección pasando del finito al infinito es este: que al suponer este mismo espacio limitado, cerrado, cubierto por conjuntos abiertos, es decir, de lo que se define como excluyendo su límite... de lo que se define como más grande que un punto, más pequeño que otro, pero en ningún caso igual ni al punto de partida ni al punto de llegada, para darles una imagen rápidamente... el mismo espacio, entonces, siendo supuesto cubierto por espacios abiertos, es equivalente - eso se demuestra - de decir que el conjunto de estos espacios abiertos siempre se ofrece a una subcobertura de espacios abiertos, ellos todos constituyendo una finitud, es decir, que la sucesión de los dichos elementos constituye una sucesión finita.


[este mismo espacio cerrado de "la falla" (incluyendo su límite) puede ser cubierto por espacios abiertos (cada uno sin incluir el límite). En esta configuración un número finito de espacios abiertos (jouissances "femeninas", "no todas") puede asegurar la cobertura de este espacio cerrado que es "la falla" e incluso desbordarlo] Pueden notar que no he dicho que sean contables14, y sin embargo, eso es lo que el término "finito" implica.


Para ser contables, hay que encontrar un orden, y debemos marcar un tiempo antes de suponer que ese orden sea encontrable. [los espacios abiertos (sin límite) no implican el ordinal, mientras que con los espacios cerrados la convergencia de la serie hacia un límite produce un orden] Pero lo que en todo caso significa la finitud, demostrable, de los espacios abiertos, capaces de cubrir este espacio limitado, cerrado - en la ocasión - de la jouissance sexual, lo que implica en todo caso, es que los dichos espacios... y dado que se trata del Otro lado pongámoslos en femenino... pueden ser tomados 1 por 1 o bien aún "una por una".Sin embargo, eso es lo que ocurre en este espacio de la jouissance sexual que por lo tanto resulta compacto.


Estas mujeres "no todas" [ellas no están todas en la "relación sexual fálica", una parte de ellas puede desbordarla], tales como se aíslan en su ser sexuado, el cual, por lo tanto, no pasa por el cuerpo [el cuerpo solo lleva a los objetos parciales → (a) sexuado] pero por lo que resulta de una exigencia en la palabra, de una exigencia lógica, y eso precisamente en esto que la lógica, la coherencia inscrita en el hecho de que ex-siste el lenguaje, que está fuera de estos cuerpos que en ellos están agitados, el Otro - el Otro con una A mayúscula ahora - que se encarna [el S2 de la mujer como S(A)] - si se puede decir - como ser sexuado exige este "una por una".


[El Uno del ser encuentra el 1 del número? → La mujer... Pero el otro está tachado (S(A)) → La mujer]Y es ahí donde es extraño, donde es fascinante... es el caso de decir: Otra fascinación, Otro fascinum [Sentido propio: hechizo, maleficio.


Sentido figurado: falo (de los misterios antiguos)]... esta exigencia del Uno, como ya extrañamente el Parménides 15 podía hacernos prever, sale del Otro. Donde está el ser, es la exigencia de la infinitud. Comentaré, volveré sobre lo que es este lugar del Otro.


Pero desde ahora para hacer imagen y porque después de todo, puedo bien suponer que algo en lo que avanzo pueda cansarles, voy a ilustrarles. Se sabe bastante cuán entretenidos se han mantenido los analistas alrededor de este Don Juan del que han hecho todo, incluso - lo que es un colmo - ¡un homosexual!14 Lacan usa aquí el término de "contable" en el sentido de enumerable.15 Referencia al concepto del Uno en Parménides (cf. « El poema ») y a lo que Platón trató en el « Parménides ».


¿Es que al centrarlo en lo que les he ilustrado de este espacio de la jouissance sexual, siendo cubierto del Otro lado, por conjuntos abiertos y culminando en esta finitud [♀]... he marcado que no he dicho que sea el número, y sin embargo, por supuesto que ocurre: finalmente se cuentan. Lo esencial en el mito femenino de Don Juan es precisamente eso, que él las tiene una por una, y eso es lo que es el Otro sexo, el sexo masculino en cuanto a las mujeres.

Es precisamente en eso que la imagen de Don Juan es capital, es en lo que indica esto de que después de todo puede hacer una lista, y que desde [el momento] en que hay nombres, se pueden contar: si hay "mil y tres" es bien que se pueden tomar "una por una", y eso es lo esencial. Lo ven, hay algo completamente distinto al Uno de la fusión universal.


Si la mujer no fuera "no toda", si en su cuerpo no fuera "no toda" como ser sexuado, nada de esto se sostendría.

¿Qué quiere decir eso?

Que haya podido para ilustrar hechos que son hechos de discurso, este discurso del que solicitamos en el análisis la salida - ¿en nombre de qué? - del abandono de todo lo que hay de otros discursos, la aparición de algo donde el sujeto se manifiesta en su brecha [la falla en el Otro: S(A)], en lo que causa su deseo.





Si no hubiera eso, no podría hacer la conexión, la costura, la unión con algo que nos llega bien desde otro lugar: una topología que sin embargo no podemos decir que no pertenezca al mismo resorte, es decir, de otro discurso, un discurso cuán más puro, cuán más manifiesto en el hecho de que no es más que génesis de discurso.


Que eso converja con una experiencia a tal punto, que nos permita articularlo, ¿no hay allí algo hecho también para hacernos volver, y justificar al mismo tiempo, lo que en lo que avanzo [a] se sostiene, se sostiene de:– nunca recurrir a ninguna sustancia,– nunca referirse a ningún ser,– estar en ruptura, por ello, con cualquier cosa que se enuncie como filosofía.


[la filosofía se inscribe, como cuestión sobre la Verdad, en el discurso del amo, típicamente platónico o aristotélico: "la filosofía occidental no es más que una serie de notas a pie de página de los diálogos de Platón" (A. Whitehead). A este título su objeto es la cuestión del ser - Producto del discurso del amo - y de la sustancia del ser (la Idea, el Bien supremo, etc.).


Lacan reúne el discurso matemático y el discurso analítico, como discursos gemelos en cuanto que uno como el otro están cortados de todo objeto:– "La matemática es una ciencia donde no se sabe de qué se habla, ni si lo que se dice es verdadero." (B. Russell)– el discurso analítico produce del significante "puro", asémico (S1), cortado de todo saber (S2): S1◊S2]


¿No está justificado? Lo sugiero - más adelante lo avanzaré, más lejos - lo sugiero de esto que todo lo que se ha articulado del ser, todo lo que lo hace rehusarse al predicado - de decir "el hombre es", por ejemplo, sin decir qué - que la indicación allí nos es dada que todo lo que es del ser está estrechamente relacionado precisamente a esta sección del predicado e indica que nada en suma puede ser dicho sino por estos rodeos en impasse, por estas demostraciones de imposibilidad lógica por donde ningún predicado basta, y que lo que es del ser, de un "ser" que se posaría como absoluto, no es más que la fractura, la quiebra, la interrupción de la fórmula "ser sexuado" en tanto que el ser sexuado está interesado en la jouissance.


[cada discurso, al sostener el Imposible, viene a tropezar con aporías lógicas (impasses), con la impotencia de alcanzar la Verdad, con un "esto no es eso", (no es la jouissance esperada) y desencadena su superación mediante el paso a otro discurso:– discurso Histérico: sostén de S→ S1: (imposible) → impotencia de S2 para alcanzar (a) → inconsistencia lógica del discurso (exclusión de a),– discurso Amo: sostén de S1→ S2 (imposible) → impotencia de (a) para alcanzar S→ incompletitud lógica del discurso (exclusión de S),– discurso Universitario: sostén de S2→ a: (imposible) → impotencia de S para alcanzar S1 → indemostrabilidad lógica del discurso (exclusión de S1),– discurso Analítico: sostén de a→ S: (imposible) → impotencia de S1 para alcanzar S2→ indecidibilidad lógica del discurso (exclusión de S2).] 16 Otro con una A mayúscula en "Otro lado" para marcar bien que es del lado de la jouissance del Otro, considerado como un espacio compacto donde se despliegan coberturas abiertas al infinito de las que se puede, precisamente porque este espacio es compacto, extraer una sub-cobertura finita (por lo tanto extraer del "una por una" del infinito).


Las aporías son problemas o paradojas que surgen en la filosofía y la lógica cuando se presentan dos o más proposiciones que son mutuamente incompatibles, pero cada una de ellas parece razonable por sí misma. El término proviene del griego "aporia", que significa "sin camino" o "sin salida", reflejando la dificultad de resolver estas paradojas.

La jouissance del Otro lado aquí se opone a la jouissance fálica, también considerada como un espacio compacto pero donde se despliega esta vez una sub-familia finita de espacios cerrados cuya intersección es no vacía, lo que permite, siempre porque el espacio es compacto, concluir que todas las familias - incluyendo así las familias infinitas - tienen ellas mismas una intersección no vacía (por lo tanto sacar una conclusión sobre lo infinito allí donde la hipótesis se apoya sobre lo finito).










Dr. Oliver Salas

Dr. Marina Berti

Grafos: ByOs & Staferla

Bibliografia

La clase del 21 de noviembre de 1972 de Jacques Lacan, parte del Seminario 20, "Aun,"


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