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"El deseo del Otro siempre es un deseo de ley "

Actualizado: 22 may

El deseo del Otro siempre es un deseo de ley porque es una limitación del goce que permite el acceso al deseo. El deseo no es más que eso, una limitación del goce. La ley y el deseo están vinculados en la medida en que algo del sujeto puede surgir porque hay una limitación del goce.


El goce es aquello en lo que estamos atrapados, y los discursos están ahí para mostrar las cuatro posibilidades del goce y sus efectos nocivos sobre el sujeto, pero también las El deseo del Otro siempre es un deseo de ley porque es una limitación del goce que permite el acceso al deseo.


El deseo no es más que eso, una limitación del goce. La ley y el deseo están vinculados en la medida en que algo del sujeto puede surgir porque hay una limitación del goce. El goce es aquello en lo que estamos atrapados, y los discursos están ahí para mostrar las cuatro posibilidades del goce y sus efectos nocivos sobre el sujeto, pero también las posibilidades para el sujeto a través del deseo, que es una limitación del goce, de transformar ese goce destructivo en algo más civilizado.



Por lo tanto, los discursos de Lacan, los cuatro discursos, tienen esta conexión, porque el discurso capitalista no puede considerarse como un discurso en el sentido lacaniano porque no crea lazo social. Esta es precisamente la razón por la que experimentamos problemas en la actualidad. Nos encontramos en una especie de defloración del discurso capitalista, y es raro encontrar un lugar seguro donde el discurso capitalista no haya contaminado la palabra.



Por eso volvemos al chiste y al grafo, porque el chiste y el grafo tienen esta conexión. Para inventar su grafo, Lacan vuelve al origen de la lógica, es decir, a Aristóteles, para articular a partir de un cuadrado, que contiene cuatro letras: alfa, beta, gamma, delta, las cuatro posibilidades de


0, 0, 1, 1, -0, 1, -1, 0, que son la base de la lógica. Así, con cuatro posibilidades y dos términos, siempre encontramos este número cuatro en Lacan, aunque al final de su enseñanza se reduce a tres, porque es una cuestión de sintaxis. para el sujeto a través del deseo, que es una limitación del goce, de transformar ese goce destructivo en algo más civilizado.



Por lo tanto, los discursos de Lacan, los cuatro discursos, tienen esta conexión, porque el discurso capitalista no puede considerarse como un discurso en el sentido lacaniano porque no crea lazo social. Esta es precisamente la razón por la que experimentamos problemas en la actualidad. Nos encontramos en una especie de defloración del discurso capitalista, y es raro encontrar un lugar seguro donde el discurso capitalista no haya contaminado la palabra.



Por eso volvemos al chiste y al grafo, porque el chiste y el grafo tienen esta conexión. Para inventar su grafo, Lacan vuelve al origen de la lógica, es decir, a Aristóteles, para articular a partir de un cuadrado, que contiene cuatro letras: alfa, beta, gamma, delta, las cuatro posibilidades de


0, 0, 1, 1, -0, 1, -1, 0, que son la base de la lógica. Así, con cuatro posibilidades y dos términos, siempre encontramos este número cuatro en Lacan, aunque al final de su enseñanza se reduce a tres, porque es una cuestión de sintaxis.porque es una limitación del goce que permite el acceso al deseo.


El deseo no es más que eso, una limitación del goce. La ley y el deseo están vinculados en la medida en que algo del sujeto puede surgir porque hay una limitación del goce. El goce es aquello en lo que estamos atrapados, y los discursos están ahí para mostrar las cuatro posibilidades del goce y sus efectos nocivos sobre el sujeto, pero también las posibilidades para el sujeto a través del deseo, que es una limitación del goce, de transformar ese goce destructivo en algo más civilizado.



Por lo tanto, los discursos de Lacan, los cuatro discursos, tienen esta conexión, porque el discurso capitalista no puede considerarse como un discurso en el sentido lacaniano porque no crea lazo social. Esta es precisamente la razón por la que experimentamos problemas en la actualidad. Nos encontramos en una especie de defloración del discurso capitalista, y es raro encontrar un lugar seguro donde el discurso capitalista no haya contaminado la palabra.



Por eso volvemos al chiste y al grafo, porque el chiste y el grafo tienen esta conexión. Para inventar su grafo, Lacan vuelve al origen de la lógica, es decir, a Aristóteles, para articular a partir de un cuadrado, que contiene cuatro letras: alfa, beta, gamma, delta, las cuatro posibilidades de


0, 0, 1, 1, -0, 1, -1, 0, que son la base de la lógica. Así, con cuatro posibilidades y dos términos, siempre encontramos este número cuatro en Lacan, aunque al final de su enseñanza se reduce a tres, porque es una cuestión de sintaxis.


-Dr. Oliver Salas

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