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Alienación y la Separación.


El sujeto , su/je/ta/do.


En primer lugar, es un concepto que no esta en Sigmun Freud y que sustituye en el paradigma lacaniano a la noción de aparato psíquico. Esto es debido al hecho de que Jaques Lacan parte de los efectos del lenguaje sobre el ser viviente.


Por lo tanto, por un lado, el inconsciente para Lacan no será algo interno, no responde a ninguna espacialidad trazada en términos de interior o exterior, es decir que el inconsciente no es algo profundo, tampoco es algo que se tiene como si fuera un órgano, sino que la tesis de Lacan es que se trata de un efecto propio del hablar.


Esta tesis se afirma en el hecho de que el lenguaje está compuesto por significantes, los elementos diferenciales últimos que no traen ninguna significación en sí mismos y necesitan de la articulación con otros significantes.



Por lo tanto, a nivel fenoménico, el inconsciente se manifiesta como una cadena de pensamientos a la que Lacan le dará el estatuto de un saber: el saber inconsciente que presenta la forma de un saber no sabido.


Por otro lado, a nivel estructural, Lacan le otorga al inconsciente el mismo estatuto que al sujeto de la conciencia. Es decir, si nos planteamos la pregunta respecto de quién responde por una formación del inconsciente, por ejemplo, quién confundió un nombre o una llave o quién no puede dejar de cometer tal o cual acto sintomático, Lacan va a ubicar allí una instancia que designa con el término sujeto.


 

Hay un sujeto que responde por el acto, en esto radica la importancia de la maniobra teórica de Lacan, porque así cambia el paradigma freudiano, ya que entonces lo que causa las formaciones del inconsciente no serán fuerzas internas sino el sujeto y su acto.

En un acto fallido, en el intervalo entre lo que se quería originalmente y lo que efectivamente se produjo como fallido—fallido en la medida en que surge otra cosa, pero que Lacan dirá que es un acto logrado porque deja surgir una verdad.


 

Entre esos dos puntos que conforman una paradoja, allí surge como efecto en acto el sujeto del inconsciente. Por lo tanto, decíamos que el concepto designa la paradoja de un sujeto que no hace centro, que se encuentra dividido de manera estructural y que, a la vez, por el hecho de que se presentifica en acto, no tiene una existencia previa a su efectivización.


Todo esto es lo que Lacan va a elaborar en las primeras sesiones del Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964) y, ya promediando, va a presentar las dos operaciones lógicas que intervienen en la causación del sujeto: la alienación y la separación. ( QUITAR Y PONER )


Entonces, vamos a situarnos en la sesión número 16 del Seminario 11 titulada El sujeto y el Otro.

La alienación, y nos convendría partir de dos ideas. Por un lado, hay que tener en cuenta que Lacan no va a hacer una descripción cronológica como si fuera una evolución temporal o como si alienación y separación fueran estadios por los que se pasa en el camino de la subjetivación.


Esto es muy importante aclararlo porque hay lecturas universitarias que lo plantean así: el sujeto nacería alienado y luego tendría que separarse del Otro como si fuera un proceso de individuación a la manera de Margaret Mahler y esto no es así en absoluto.


Margaret Mahler fue una psicoanalista conocida por su teoría del desarrollo infantil, especialmente por su concepto de separación-individuación, que describe cómo los niños desarrollan una identidad separada de sus madres. Sin embargo, su trabajo no está directamente relacionado con la teoría de la alienación y separación de Lacan.

Alienación y separación son dos operaciones que responden a un tiempo lógico, no a un tiempo cronológico, pero es justo decirlo, por el nombre que Lacan eligió para nombrarlas, pueden deslizarse hacia ese tipo de interpretaciones.


Por otro lado, y en relación justamente con la forma de designar estas operaciones, el término alienación, que produce muchos malentendidos como si significara perderse en el Otro, en realidad tiene que ver con el contexto en el que Lacan brindó el seminario.


 

Dato Historico


A fines del año 1963, Lacan fue excluido de la International Psychoanalytical Association (IPA) y, por lo tanto, su enseñanza ya no era considerada oficial para la formación de los psicoanalistas. Así es que, al año siguiente, Louis Althusser le ofreció un aula en la École Normale Supérieure, donde la mayoría de los alumnos se formaban en filosofía y en lógica.

De hecho, Althusser era especialista en Marx y proponía una lectura estructuralista del marxismo.

Por lo tanto, muchos de sus alumnos comenzaron a concurrir al seminario de Lacan, al mismo tiempo, hay que considerar que ya se estaba gestando en Francia la revuelta de mayo de 1968.


Por eso, el discurso marxista inundaba los ámbitos de la inteligencia parisina.


Es en ese contexto y haciendo un cálculo de sus interlocutores que Lacan propone el término alienación, extraído del discurso de Marx.


Pero, como con otros conceptos que toma de otras disciplinas, le da otro significado. Por eso, cuando Lacan presenta el término en el seminario, ustedes van a leer que dice: Nadie podrá negar que esta alienación está muy de moda en la actualidad.


Todo esto es muy importante aclararlo entonces para quitarle a la alienación el sentido de pegado al discurso del Otro.


Tiene más que ver con la alienación marxista. Como algo ligado, como vamos a ver, más al sentido de quedar desposeído.


 

Entonces tenemos que no hay una cronología o evolución desde la alienación a la separación. Ni tampoco se trata de estar alienado o fagocitado por el Otro para luego subjetivarse.


Estas son interpretaciones universitarias derivadas de los nombres que Lacan elige para las operaciones, pero significan otra cosa.


Para entender la matriz del planteo lacaniano, lo que sí resulta imprescindible es sumarle al seminario el texto Posición del inconsciente  en Escritos 2 porque es en el interjuego de estos dos textos que se logra apreciar con más claridad el argumento. Entonces a la sesión del seminario titulada El sujeto y el Otro.


La alienación, la primera frase que es importante retener porque da el marco general de todo lo demás es la siguiente—esto lo van a encontrar en la página 211 de la versión de Paidós refiere Sebastian Sica , Lacan : primero, usé el acento en la repartición que constituyó al oponer en lo que toca la entrada del inconsciente los dos campos del sujeto y el otro.


 

Es decir, que de manera taxativa, para Lacan, para dar cuenta de la entrada del inconsciente hay que considerar dos campos: el sujeto y el Otro.


  • El Otro con mayúscula es el lugar donde se sitúa la cadena del significante, cadena del significante que rige todo lo que del sujeto puede hacerse presente. Es en el campo de ese ser viviente donde el sujeto tiene que aparecer.


  • Tenemos entonces un primer movimiento en el que Lacan diferencia el ser viviente del sujeto.

  • El viviente, dice, he llamado la subjetividad desde el Otro que lo antecede y que, en primer lugar, este Otro es la cadena del significante. La escritura mínima de esta cadena, Lacan la va a formalizar como S1-S2.


 

Delta


Entonces, lo que tenemos es que en este primer momento lógico, Lacan sitúa lo que sería el encuentro mítico con la estructura del lenguaje.



Pero hay que prestar mucha atención, porque decir encuentro ya es suponer que había un sujeto anterior a la cadena, pero Lacan dice que no, que es la cadena la que hace surgir al sujeto.



Este es un surgimiento paradójico; es la paradoja del sujeto del inconsciente.


Ese campo significante es el que le brinda un ser pero, en el mismo movimiento, ese ser se volatiliza y esto debido al hecho de que ningún significante le podrá dar un ser unívoco o pleno. En todo caso, es la función imaginaria del yo la que va a producir esta necesaria ilusión de una unidad.



A este primer momento, entonces, de encuentro con la cadena del significante en el que se produce la falta en ser, Lacan lo va a denominar alienación.


Este es el primer momento lógico de las dos operaciones de causación.


En el escrito Posición del inconsciente, van a leer que Lacan dice: La alienación es la división del sujeto que hemos designado en su causa.


Con la alienación, entonces, Lacan designa la división subjetiva, el fading, la pérdida del ser como efecto del primer par de significantes. A esto, Lacan lo denomina el factor letal del significante, porque entonces el sujeto del inconsciente surge al ser, pero como falta en ser.


La división propia del inconsciente se produce por la estructura misma del lenguaje, no por una represión primaria. La pregunta entonces es cómo se produce el rescate o recuperación parcial de la división del momento de alienación.


 

¿Cómo sale el sujeto de este momento de fading?


Allí es donde Lacan ubica la segunda operación, que es un movimiento de retorno y que va a llamar separación.



Es un nombre que, como decíamos, ha generado muchos malentendidos, entonces tenemos que seguir con mucha precisión lo que dice el texto de Lacan, por qué la nombra así. Lo que el autor explica es que la elige por su etimología y afirma que en principio tiene el sentido de vestirse, pero también significa o hace alusión al parirse; el sujeto procede a su parto, se trae al mundo.


 

En el texto Posición del inconsciente, al referirse a esto, dice: El sujeto se procura un estado civil, nada en la vida de ninguno desencadena más encarnizamiento para lograrlo.


Entonces, frente a la desaparición del ser en el momento de la alienación, en la separación es que se produce una recuperación parcial del ser, pero Lacan dirá que esto no es de manera caprichosa sino en relación al Otro y su deseo.


Esta es la matriz fundamental para entender el planteo lacaniano en lo que concierne a la causación del sujeto.

  1. El primer momento lógico, llamado por Lacan alienación, entonces es el encuentro con la estructura descarnada del lenguaje y esto es lo que produce la falta en ser.

  2. El segundo momento, llamado separación, consiste en un rescate parcial por medio de la historia, porque el lugar del Otro necesariamente será encarnado por otros reales.

  3. La cadena S1-S2 tendrá la textura de un discurso particular que otorgará lugares y significados respecto de los cuales el sujeto va a tomar una posición, va a responder desde su ética a lo que se articula allí en el Otro, diciendo que sí o que no.


En el seminario, Lacan lo metaforiza mediante la pregunta: ¿Puede perderme? dirigida al Otro. La pregunta sería: ¿Qué soy allí? O dicho de otro modo, dado el encuentro con el lenguaje que produce la falta en ser, el sujeto articula: Sin lo simbólico nada soy. ¿Qué soy en este discurso particular? ¿Qué soy en el deseo del Otro?



En ese punto, Lacan sitúa que la historia es lo que permite el rescate parcial de la falta en ser. ¿Qué soy para el Otro? Entonces, ese texto constituido por el deseo del Otro, el discurso concreto en que toma forma la cadena S1-S2, va a estar, para Lacan, en un sentido, en el lugar de una determinación, porque las posibles respuestas del sujeto van a estar constreñidas por la oferta de ese discurso.








Al ser un discurso particular, será por ende un discurso acotado. Por ejemplo, para que lo pensemos en la clínica, las posibles respuestas de un sujeto van a estar determinadas por lo que en determinado discurso significa hijo mayor, hijo menor, etcétera.



Y esa trama precisa de significantes que representa la historia es finita, es concreta. Lacan posteriormente le va a dar el estatuto de la lengua, es lo que brinda una serie de coordenadas precisas y parciales, y que toma la forma del deseo del Otro.


Es en torno a estos significantes que el sujeto va a elegir o rechazar en el momento de la separación para procurarse un ser.


Estas marcas significantes que dan materialidad al ser es aquello justamente que se podrá analizar, es lo que permite al sujeto pasar de la dimensión de la pura determinación o destino.


Alguien puede decir: "Mi destino es lo que me tocó vivir con mi familia, estoy marcado por eso," pasar entonces de esta determinación a cierto margen de libertad.


Así es que, a medida que un análisis avanza, comienza a producirse un pasaje progresivo de la idea del destino a la contingencia, es decir, el discurso que antecede al sujeto pierde la fuerza de una determinación y al mismo tiempo se revela la verdad de la estructura vinculada al hecho de que el Otro es inconsistente.


Es lo que Lacan llama la barradura del Otro. Como la maniobra neurótica consiste en llevar al Otro al lugar del sujeto supuesto al saber, por lo tanto, es desde allí que el deseo del Otro adquiere para el sujeto su consistencia.




Toda esta lógica es la que, en un análisis, abre la chance de que el sujeto recupere un margen de libertad a nivel del acto, el acto como corte que posibilita un reposicionamiento en cuanto a las marcas del deseo del Otro.


Lacan sostiene esta concepción de la subjetividad hasta el final de su enseñanza.


En ese sentido, es muy clarificador el Seminario 24: L'insu que sait de l'une-bévue s'aile à mourre (1976-1977), en el que, una vez más, recurre a la figura topológica del toro, y en este caso Lacan utiliza toros que se encadenan para mostrar la estructura de nudo entre el sujeto y el Otro y su deseo.



Leyedo a Lacan con Sebastián Sica

Extracto por Dr. Oliver


Bibliografía

  1. Lacan, Jacques. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (Seminario 11, 1964). Buenos Aires: Paidós, 1987.

  2. Lacan, Jacques. Posición del inconsciente. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI, 1975.

  3. Lacan, Jacques. L'insu que sait de l'une-bévue s'aile à mourre (Seminario 24, 1976-1977). Versión inédita disponible en las enseñanzas de la École Freudienne de Paris.

  4. Mahler, Margaret S., Pine, F., & Bergman, A. La separación-individuación: Un estudio del proceso del desarrollo psicológico. México: Siglo XXI, 1977.

  5. Freud, Sigmund. El yo y el ello. En Obras completas. Madrid: Alianza Editorial, 1972.

  6. Althusser, Louis. Para leer El Capital. Buenos Aires: Siglo XXI, 1969.

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14 ago
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"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo".

Herman Hesse

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