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La axiomática lacaniana.

Actualizado: 14 ago


Lo primero que me gustaría subrayar es la idea de que resulta tan fundamental el estudio de este término para la práctica clínica, que podríamos decir que el armado del dispositivo analítico, que como sabemos no se arma solo por el hecho de que dos personas se pongan a hablar, va a depender de la noción de subjetividad que tenga cada psicoanalista.


En otras palabras, la respuesta del analista a la demanda va a estar determinada por la noción de sujeto que le suponga a esa demanda. Así como Lacan afirma la necesaria instalación del sujeto supuesto al saber del lado del analizante para que un análisis tome curso, podríamos afirmar que hay otra suposición inicial pero del lado del analista, y es la suposición de un sujeto que sostiene la demanda.


Es por eso que el analista va a responder según la estructura que le atribuya a esa subjetividad. Para tomar el ejemplo de S. Freud, en un primer momento pre-psicoanalítico y ante la suposición de una subjetividad traumatizada por un hecho fáctico, la respuesta estaba constituida por el método catártico y la abreacción.


NOTA: El método catártico y la abreacción son conceptos fundamentales en la primera etapa del psicoanálisis, desarrollados por Sigmund Freud y Josef Breuer.

  1. Método catártico: Este método fue inicialmente utilizado por Breuer en el tratamiento de una paciente conocida como Anna O. Consistía en ayudar al paciente a revivir experiencias pasadas traumáticas bajo hipnosis, con la finalidad de liberar las emociones reprimidas asociadas a esos eventos. Freud adoptó y adaptó este método, aunque eventualmente lo dejó de lado en favor de la asociación libre. La "catarsis" se refiere a la purificación o liberación emocional que ocurre cuando el paciente recuerda y expresa estas experiencias reprimidas.

  2. Abreacción: Este término se refiere a la liberación de emociones reprimidas que ocurre cuando el paciente revive una experiencia traumática. La abreacción es, en esencia, el proceso emocional que acompaña a la catarsis. Freud y Breuer creían que al provocar una abreacción, el paciente podía liberar la energía psíquica vinculada al trauma, lo que resultaría en una mejoría de los síntomas neuróticos.


Esto es generar las condiciones para que surja el recuerdo y se liberara el afecto asociado a la idea.


Un poco más tarde y ya con las nociones de sexualidad infantil y complejo de Edipo, para Freud ya no se trataba de una subjetividad traumatizada y, por lo tanto, el método de la hipnosis o de la presión sobre la frente dejaron lugar al de la asociación libre.


Cada analista en su práctica va a estar determinada por la noción de sujeto con la que cuente, pero por otro lado, ya a un nivel más general, hasta podríamos decir que el futuro del psicoanálisis como práctica específica que se encarga del sufrimiento humano también va a estar influida por la concepción de la subjetividad que tienda a cristalizarse en el movimiento analítico.


Con esto quiero decir que si en algún momento llega a instalarse la idea de que el sujeto del cual se ocupa el psicoanálisis quede equiparado al cuerpo biológico, tal como se propone desde algunas escuelas lacanianas actuales, en las que se sostiene la noción de cuerpo hablante.


Entonces el psicoanálisis como discurso y como práctica ya no tendría razón de ser, ya que hay otros discursos como la neurociencia o la medicina que se encargan del cuerpo biológico. Esto quiere decir que si el discurso psicoanalítico se desliza hacia la idea del uno del cuerpo, estaría reintroduciendo la noción de individuo por más términos lacanianos que utilice.

Por lo tanto, la concepción del inconsciente y del sujeto quedarían disueltas bajo categorías biológicas, haciendo retroceder al psicoanálisis en un curioso bucle hasta el punto exactamente anterior al de Freud, que inventó el psicoanálisis justamente por sacar al sujeto del cuerpo, presentando al mundo científico la hipótesis de que el sufrimiento psíquico provenía de ideas o de palabras, más que del cuerpo físico.


Entonces, para ir directamente a nuestro tema, en primer lugar y al menos desde la perspectiva de Jacques Lacan, tenemos que subrayar que el término sujeto es un concepto axiomático en su paradigma. Es decir, que si algo caracteriza a lo lacaniano, para decirlo de algún modo, es la perspectiva que propone sobre la subjetividad.


Esto es a raíz del hecho de que Lacan apoya toda la arquitectura de su enseñanza en los efectos del lenguaje sobre el viviente. Como sabemos, el concepto del sujeto no está en Freud y sustituye la noción de aparato psíquico.


La pregunta que podemos hacernos es acerca de las razones que llevaron a Lacan a introducir este término en la teoría.


Desde esta perspectiva, lo que podemos señalar es que aquello que conduce a Lacan a introducir esta noción es la necesidad teórica de romper con la lógica de lo interior-exterior. Es decir, que a diferencia del aparato psíquico freudiano que podría situarse en una interioridad espacial para Lacan se trata de otra lógica, porque, como decíamos, parte de los efectos del lenguaje y el lenguaje no es interior a nadie, circula entre el sujeto y el Otro- Autre, dirá Lacan.


Por lo tanto, para su efectuación, requiere de la articulación significante.


Esto es lo que lleva a nuestro autor a tener que construir otra topología que la del aparato psíquico, porque entonces el inconsciente y su subjetividad no van a participar de la idea de lo interior ni de lo profundo.


El psicoanálisis no es para Lacan una psicología de las profundidades. Entonces, si uno sigue la cronología de los escritos y de los seminarios, lo que va a encontrar es que inicialmente Lacan va a proponer la noción de intersubjetividad.


La relación dialéctica entre el sujeto y el Otro, va a estar articulada, por un lado, en función de la estructura del lenguaje, y por Otro, más cercana a la teoría matemática de los juegos, estrategias, cálculos, que a cualquier intuición biológica o interior.


Lo que encontramos entonces en esos primeros textos, es que con la noción de sujeto Lacan cuestiona la idea de un sí mismo unívoco. No hay en el campo del lenguaje la posibilidad de hablar de un individuo, por eso es el registro imaginario el que brinda la ilusión del yo como función de síntesis.


Así es que la noción tradicional de un sujeto que busca su bien de manera inequívoca, queda puesta en cuestión bajo los pies de la teoría psicoanalítica. De ahí la importancia crucial que tiene para la práctica, el hecho de tomar partido sobre la noción de sujeto.


Dado que frente a una demanda cabe la pregunta:

  • pide esto

¿pero quiere esto otro ?

¿Quiere su bien a nivel del acto?


Lo que Lacan designa entonces con el término sujeto, podríamos decir que constituye un oxímoron, una paradoja, es decir, una instancia particular que implica una singularidad, pero que sin embargo no constituye una entidad fija ni unívoca.


Es un sujeto, pero que no hace uno. Incluso está claro que con el término sujeto Lacan rechaza la idea de uno. Cronológicamente entonces, Lacan va a utilizar la lógica de la intersubjetividad hasta el seminario #. 8 sobre la transferencia.


Será a partir del seminario # 9 sobre la identificación que va a proponer la definición que será canónica del concepto de sujeto. Esto se va a producir en la sesión del 6 de diciembre del año 1961, cuando afirma que el sujeto es lo que un significante representa ante otro significante.


Lacan va a derivar la noción de un sujeto dividido del hecho de reducir la estructura del lenguaje a sus elementos diferenciales últimos, los significantes, que en sí mismos no significan nada sino en relación a otros.



Por lo tanto, en la medida en que el significante es pura diferencia, ningún elemento en sí mismo le dará al sujeto un ser.


Habrá una volatilización estructural del ser. Es por esta razón que el sujeto como concepto específico designa una paradoja.


El sujeto es un ser en falta. El lenguaje le dará un ser, pero en un mismo movimiento se lo quitará.


Esta definición que hace del sujeto lo que un significante representa ante otro significante, no será abandonada ni sustituida por Lacan hasta el final de su enseñanza.

En este sentido, como hacía mención al principio, en la actualidad existe una perspectiva de escuela que propone la idea de que Lacan sustituiría la noción de sujeto por un neologismo, el parlêtre o ser hablante, y que esto implicaría el abandono de la causalidad significante y la sustitución de ésta por el uno del cuerpo.


Nota : Análisis del concepto "parêtre"

  1. Parêtre: Lacan propone este término que es un juego de palabras entre "paraître" (aparecer, parecer) y "être" (ser). Sin embargo, "parêtre" no se refiere simplemente a la apariencia o al parecer, sino más bien al ser tal como se presenta a través del lenguaje. Es un ser que existe y se presenta "por ser" o "a través de ser" en el lenguaje, con todos los matices y paradojas que esto implica.

  2. Relación con el lenguaje: Lacan subraya que el ser (être) se manifiesta a través del lenguaje, pero no en una forma directa o transparente, sino a través de un proceso complejo y paradójico que involucra los efectos del lenguaje. Es en el lenguaje donde el ser se hace presente, pero siempre de una manera que escapa a la total comprensión o representación.

  3. Conjugación del par-être: Lacan juega con la idea de conjugar este verbo inventado: je par-suis, tu par-es, il par-est, nous par-sommes, etc. Esto refuerza la idea de que el ser no es estático, sino que está en constante movimiento y cambio, especialmente en su relación con el lenguaje. Es un ser que se constituye y se reconstituye en y por el lenguaje.

  4. Parêtre y la relación sexual: En el texto, Lacan también conecta "parêtre" con la idea de estar "al lado" o "a la par" (para) en el contexto de la relación sexual, un tema que él explora profundamente en relación con la falta de una relación sexual en el sentido simbólico. El par-être se posiciona así en un lugar paradojal respecto a esta falta.


Pero se trata evidentemente, si uno lee a Lacan con rigurosidad, de una versión de escuela, casi otro paradigma, que en absoluto se puede verificar en los textos originales lacanianos. De hecho, Lacan forja ese neologismo que podríamos traducir como hablante ser o ser hablante, pero para acentuar que se trata del efecto de la palabra, aquello que constituye lo específico del psicoanálisis.


Por la fuerza que está cobrando esta versión de una subjetividad que quedaría reducida al cuerpo, vamos a apoyar nuestro argumento, como siempre lo hacemos, con citas precisas y extraídas de los textos lacanianos nos dice el estimado Sica


En este caso, recortadas de esa última parte de la enseñanza de Lacan, de la que en esa versión de escuela se dice que constituyó un corte con la enseñanza anterior, cuando en realidad lo que se lee allí es una contundente continuidad argumental de nuestro autor.


La primera cita Seminario 20, titulada en la versión de Paidós "La rata en el laberinto" y fechada al 26 de junio de 1973. Ahí Lacan va a decir: "mi hipótesis es que el individuo afectado de inconsciente es el mismo que hace lo que llamo sujeto del significante. Lo anuncio con la fórmula mínima, de que un significante representa el sujeto para otro significante".


Unos años más tarde, en el Seminario 23, El Syntome , también de la última sesión titulada ""La Lettre volée"", fechada el 11 de mayo de 1976, y esto lo van a encontrar en la página 151 de la versión de Paidós, Lacan va a decir: "Antes de dejarlos, señalaré algunas cositas que me parecen notables.


  • Primero punto, es preciso que ustedes capten lo que les he dicho de la relación del hombre con su cuerpo, y que depende enteramente de que el hombre dice que él tiene su cuerpo. Ya decir 'su' es decir que lo posee y agrega Lacan: "Esto no tiene nada que ver con lo que sea que permita definir estrictamente el sujeto, el cual solo se define de manera correcta por estar representado por un significante ante otro significante".


Es decir que Lacan, al final de este seminario, se toma el tiempo de aclarar específicamente que el sujeto no es su cuerpo, y que en todo caso es el anudamiento imaginario, aquello que tiende a cristalizar la idea de que alguien es su cuerpo.


Recordemos que en esa última sesión del seminario El Siynthome, Lacan retoma una anécdota joyceana en la que luego de recibir una paliza, Joyce dice que dejó caer su cuerpo como una cáscara.


Entonces, Lacan va a decir que allí queda al descubierto la verdad de la estructura, que el sujeto no es el cuerpo y que Joyce pudo decirlo así por la forma en la que para él se anudaron de manera singular los tres registros.



A mí me da la impresión que por la contundencia de esta cita del seminario 23 ya bastaría para demostrar que, por un lado, Lacan nunca abandonó la definición del sujeto como lo que un significante representa para otro y al mismo tiempo para desmentir que el sujeto pueda reducirse a su cuerpo, porque justamente allí, en esa sesión tardía.


Es decir, que no se trata de un supuesto primer Lacan, el autor explica al auditorio que suponer que el sujeto se reduce a su cuerpo es un producto del registro imaginario.


Sin embargo, para quienes quieran corroborarlo o para seguir investigando, van a encontrar que en el seminario 24, L’Insu, en la clase del 19 de abril de 1977, y en el seminario 25, El momento de concluir, en la primera sesión, fechada el 15 de marzo del 1977, ahí también Lacan va a reafirmar la noción de un sujeto dividido entre al menos dos significantes.


Como consecuencia de la formulación del sujeto dividido por efecto del significante, vamos a encontrar en la enseñanza de Lacan, otra serie de facetas del concepto que tienen derivaciones clínicas.


Por ejemplo, Lacan va a indicar en varios momentos de su enseñanza que con sujeto también va a designar la instancia simbólica que responde a la pregunta :


¿Quién habla?


A nivel de las formaciones del inconsciente.


Esto es, en un tropiezo, en un acto fallido, se produce una cosa distinta a la que originalmente se propone la conciencia.


Hay algo allí, dice Lacan, que aparece como intencional, pero con una extraña temporalidad, en dos tiempos.


Por ejemplo, alguien va a entrar al consultorio de su analista y saca sus propias llaves PARA ABRIR , es un ejemplo que toma Lacan. Esto explota de sentidos. Entonces vale la pregunta: ¿quién responde por ese acto?


Quien lo comete podría decir "yo no quería hacer eso", pero entonces, ¿quién se hace cargo? Lo que Lacan llama sujeto entonces surge como efecto de esa contradicción entre dos puntos.


El acto fallido de sacar las llaves, pero que se convierte en fallido porque se articula y hace existir un punto anterior, en este caso el hecho de que no quería hacer eso.


Lacan afirma que si formalizamos estos dos puntos temporales como S1 y S2, el sujeto va a surgir en el intervalo como efecto de la articulación.



Un efecto sorpresivo que es lo que clínicamente permite la elaboración de preguntas.



En esta misma dirección, Lacan acentúa la dimensión ética del concepto de sujeto, es decir, el acto en detrimento de toda ontología.


El sujeto no es una entidad, se produce en acto.


Otro ejemplo que Lacan brinda sobre esto que es muy interesante y divertido es del año 1966, cuando va a Baltimore, donde asistió a un simposio internacional en el que habló de su perspectiva justamente del sujeto, se trata de la conferencia sobre la estructura del sujeto como inmixión de otraedad.



En una intervención posterior, en diálogo con algunas personalidades importantes que habían asistido a ese simposio, para ejemplificar de qué habla cuando sostiene la idea de un sujeto dividido por efecto del significante, va a contar una anécdota de algo que le sucedió por esos días en el hotel en el que estaba alojado.


Entonces, dice que cuando entra a la habitación de su hotel, tenía que preparar la conferencia y ve que había una mesa que necesitaba que esté debajo de una ventana.

Como él solo no podía moverla, pidió a la conserjería que vinieran empleados para ayudarlo.


Aparentemente, según lo que cuenta, llegaron de muy mala gana, lo empiezan a ayudar, pero sin embargo, según el relato de Lacan, dejaron entre comillas algunas imperfecciones en la mesa. Es decir que, por lo que se puede inferir, habían dejado algo así como un escupitajo.


Así es que Lacan cuenta esta anécdota y en una crítica a la sociedad norteamericana, dice que en una sociedad donde todos supuestamente están listos para ayudar al otro, bastó que él pidiera ayuda para que le hagan semejante cosa.


Entonces ahí es que Lacan dice que en ese intervalo, en esa contradicción, se aloja el sujeto del inconsciente. Es según esta lógica que un psicoanalista en su práctica no rechaza la contradicción.


Porque constituye justamente la textura misma del sujeto con el que trabaja. Por otro lado, el hecho de que el sujeto se produzca en acto, revela que se trata de una instancia sin violencia, no sustancial, no coincide con la persona ni con el cuerpo.


A tal punto es una instancia simbólica que en algunos casos de psicosis como el presidente Schreber, se puede producir lo que Lacan llama la muerte simbólica del sujeto. Esto es que la persona sigue viviendo, pero en algún momento, habiéndose producido la desaparición absoluta de la vitalidad de la iniciativa del movimiento o de la búsqueda.


En la misma dirección encontramos en Lacan que con sujeto se designa una instancia ética de respuesta.

Es aquello que responde a lo que se presenta como determinación desde el discurso del Otro.



Para tomar algún ejemplo, ¿acaso no es frecuente que alguien se pregunte en la experiencia clínica?


"¿Por qué yo hice otra cosa que mis hermanos?"


En este punto, Lacan habla de una insondable decisión del ser, una respuesta que va más allá de cualquier determinación y que tiene un estatuto ético. En el marco del Seminario 23 es el propio Lacan, quien se va a poner como ejemplo de esta dimensión subjetiva en términos de respuesta.


Cuando dice que respecto de la doctrina freudiana, él es un hereje, jugando con la etimología de hereje que alude entre otras cosas a elección o respuesta, y dice porque respondía a la invención freudiana con otra invención, lo real.


De ahí que, como ustedes recordarán, va a trabajar en ese seminario el concepto de Synthome como respuesta singular o invención.


El sujeto, entonces, desde esta perspectiva, queda para Lacan entre determinación y respuesta, alineación y separación, el sujeto como instancia simbólica surge en el campo del Otro.




El discurso del Otro será una textura que dejará marcas determinantes, pero, sin embargo, con el término sujeto, lo que Lacan subraya es la dimensión de respuesta que hace que no haya una pura determinación.


Por lo tanto, lo que vamos a encontrar, si leemos los textos originales, es que para Lacan se trata de un sujeto dividido por el efecto del significante, cuya textura es simbólica, ética y no sustancial, por lo que, para su efectuación, será necesario el acto, el tiempo y la articulación de al menos dos momentos.


A la manera de los dos tiempos del trauma freudiano, donde el segundo da existencia al primero y que Lacan va a formalizar con los significantes S1 y S2.


El concepto de sujeto, entonces va a estar ligado al tiempo que al espacio y entonces de allí va a derivar la lógica de las sesiones de tiempo variable.


El corte de las sesiones va a parecer como una herramienta para subrayar o suscitar la aparición del sujeto en el intervalo.


Del mismo modo es lo que responde a la pregunta "¿quién habla?" a nivel de las formaciones del inconsciente y aquello que el analista supone inicialmente en toda demanda para producir la maniobra que Lacan llama rectificación subjetiva o borradura.


Que, como sabemos , es la maniobra que da inicio a un análisis bajo la forma de una pregunta: "¿Qué lugar ocupas tú en aquello de lo que te quejas?" o ahora podríamos transformarlo en "¿Qué lugar ocupas tú respecto de lo que demandas?"


Continuara !


Dialogando con Sebastián Sica


Extracto Dr. Oliver Salas


  • Seminario 8: La Transferencia (1960-1961) - En este seminario, Lacan explora el concepto de transferencia, un proceso central en la teoría y práctica psicoanalítica. La noción de intersubjetividad es también una parte importante de la discusión en este seminario.

  • Seminario 9: La Identificación (1961-1962) - Este seminario es conocido por la definición canónica que Lacan da del sujeto como lo que un significante representa para otro significante. Aquí Lacan desarrolla su concepto del sujeto dividido y su relación con la estructura del lenguaje.

  • Seminario 11: Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis (1964) - En este seminario, Lacan discute las operaciones de alienación y separación, que son cruciales para entender la constitución del sujeto en el campo del Otro.

  • Seminario 20: Aún (1972-1973) - En este seminario, Lacan introduce y explora la noción del "parlêtre", que juega un papel central en sus desarrollos posteriores sobre la relación entre el lenguaje, el goce, y la estructura del sujeto.

  • Seminario 23: Le Sinthome (1975-1976) - Este seminario se centra en la figura de James Joyce y la idea del "sinthome" como una estructura que sostiene la subjetividad más allá de la neurosis. Aquí, Lacan sigue explorando el concepto de "parlêtre".

  • Seminario 24: L'insu que sait de l'une-bévue s'aile à mourre (1976-1977) - En este seminario, Lacan continúa desarrollando sus ideas sobre el sujeto, el goce, y la estructura simbólica. También sigue trabajando con las nociones de "parlêtre" y las complejidades del lenguaje.

  • Seminario 25: El momento de concluir (1977-1978) - Este seminario aborda las conclusiones de Lacan sobre su enseñanza, incluyendo la reafirmación de la noción del sujeto dividido y la importancia de la articulación significante.

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