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La tercera la sustancia

Actualizado: 14 ago

La teoría psicoanalítica de Jacques Lacan ofrece un enfoque innovador y complejo hacia la comprensión del goce, o "sustancia gozante" (jouissance), un concepto central en su obra. A diferencia de interpretaciones superficiales que asocian el goce con nociones simples de placer y displacer, Lacan nos invita a adentrarnos en una comprensión más matizada que desafía las categorías convencionales del pensamiento psicoanalítico y filosófico. La noción de goce lacaniano está intrínsecamente vinculada al lenguaje y al significante, y plantea un desafío considerable a los paradigmas epistemológicos que han influido en la concepción tradicional de la subjetividad.


Para abordar adecuadamente la complejidad del concepto de "sustancia gozante", es esencial examinar el obstáculo epistemológico del sustancialismo, un término que Gaston Bachelard introdujo en su análisis sobre los límites del conocimiento científico. El sustancialismo, con su tendencia a entender los fenómenos en términos de sustancias fijas y conocidas, puede obstruir la comprensión del goce lacaniano, que no se reduce a una realidad biológica o material, sino que se manifiesta en la interacción entre el significante y la experiencia corporal.

El goce se revela como una categoría que desafía las divisiones tradicionales entre lo biológico y lo psicológico, situándose en un espacio intermedio donde el significante juega un papel crucial en la configuración de la experiencia subjetiva. Lacan distingue la "sustancia gozante" de las categorías cartesiana de res cogitans y res extensa, introduciendo así una dimensión adicional que complica y enriquece nuestra comprensión del sujeto.


En el "Séminaire XX: Encore", Lacan examina cómo el lenguaje estructural y condiciona nuestra experiencia de goce, destacando que este no puede ser comprendido simplemente en términos de corporalidad biológica. Además, Lacan vincula el goce con la sublimación, una distinción que permite diferenciar entre goces sintomáticos, frecuentemente asociados con displacer, y goces sublimados que encuentran expresión en la creatividad y la cultura.


Al abordar el goce desde esta perspectiva, se abre un campo de análisis que cuestiona las concepciones tradicionales de placer y displacer, y nos invita a reconsiderar el papel del significante en la configuración de nuestra experiencia psíquica y cultural. La elección entre traducir el término "jouissance" como "gozo" o dejarlo en su forma original francesa como "jouissance" es significativa en términos de cómo se interpreta y se transmite el pensamiento de Lacan en diferentes idiomas y contextos culturales. Alfredo Eidelsztein y otros traductores y teóricos han optado por diferentes estrategias dependiendo de sus audiencias y los objetivos específicos de sus traducciones.


Dejar "jouissance" sin traducir como neologismo puede ayudar a preservar la riqueza y la especificidad del término lacaniano, permitiendo una discusión más matizada de sus implicaciones teóricas. Esto también facilita el diálogo internacional sobre los textos de Lacan, manteniendo una terminología consistente que puede ser crucial para comprender plenamente las teorías psicoanalíticas.


Sustansia Gozante 

Como sucede con otros conceptos lacanianos como voz o pulsión, vamos a ver que no existe una concordancia entre lo que Jacques Lacan afirma y lo que usualmente se dice que dijo.

Algunos lectores proponen la hipótesis de que, en torno a la noción de sustancia gozante, hemos tropezado con el obstáculo epistemológico del sustancialismo, tal como lo describe Gaston Bachelard en su obra La Formación del Espíritu Científico: Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo (1938).


De manera muy resumida, según Bachelard, los obstáculos epistemológicos son ciertos elementos que impiden el acceso a nuevos conceptos en la ciencia, porque para este autor se conoce o se avanza en el conocimiento en contraposición a un concepto anterior. Este fenómeno tiene una pregnancia tal que tiende a diluir las novedades científicas en patrones ya conocidos. Uno de los obstáculos que subraya es el sustancialismo del oculto, que es una suerte de prejuicio que supone una realidad encerrada en una sustancia, como en la antigua creencia en un éter que se pensaba llenaba todo el espacio, y esto constituye un sentido anticipado o un esquema de prejuicio.


Este pensamiento, precisamente como prejuicio, se aplica a los nuevos conceptos en ciencia y no permite acceder a lo novedoso. Podría estar sucediendo que cuando leemos sustancia gozante, creamos entender que Lacan está diciendo que se trata de algo encerrado en el cuerpo biológico, una sustancia interna o biológica, cuando en realidad no es así.

Pasemos directamente entonces al tema y a lo que se entiende como significado de la noción de sustancia gozante, es decir, la idea de que se trata de algo totalmente vinculado al cuerpo biológico, a lo real del cuerpo.


Por ejemplo, si realizamos una simple búsqueda en la web, aparece este texto del que extraje un párrafo y del que no voy a citar al autor porque, si queremos entrar en un diálogo más cercano a la ciencia, lo importante es el texto y no quién lo escribió.

El párrafo dice así: "La sustancia gozante es una modificación conceptual de la sustancia extensa que reintroduce el cuerpo, la unidad del cuerpo viviente. Se trata de una sustancia corporal del cuerpo viviente considerado como sustancia, y cuyo atributo principal sería el goce."


El goce entonces se considera una propiedad y afección del cuerpo viviente. En este texto, se sugiere que la sustancia gozante es una adaptación de la sustancia extensa de Descartes y que hace referencia al cuerpo viviente, lo cual conlleva implícitamente la idea de que el concepto de goce implica placer o una forma de placer que se encuentra en el displacer y que este es algo que se siente en el cuerpo, por lo tanto, la sustancia gozante sería o el cuerpo o algo cuya sede es el cuerpo.


Aquí surge una interrogante crucial: ¿Se puede considerar a Lacan un pensador basado en el materialismo ingenuo, es decir, que asume como premisa fundamental la distinción natural entre materia e idea?


En este caso sería entre res extensa y res cogitans, y que lo que existe es la realidad material y las ideas se asocian de forma secundaria. En otros términos, para Lacan, ¿es primero el cuerpo biológico y luego el significante sobre el cual el autor elabora la noción de sustancia gozante?


Vamos entonces al texto de Lacan para profundizar sobre estas preguntas. Pero debemos asumir una posición de lectura tal como lo hace un analista respecto del texto del analizante.


¿Qué significa esto?


Significa, en primer lugar, no anticipar lo que ya queremos entender, no apresurar un cierre del sentido con esquemas, categorías o preconceptos, sino propiciar que sea el texto el que se despliegue y en ese despliegue proceder a la articulación de elementos para desde ahí arribar a conclusiones.


Leer es exactamente lo opuesto a dar un sentido. La operación de lectura es lo que se espera de un analista y lo que Lacan mismo propone como el punto de paso de analizante a analista.


En el Seminario 20: Aún, en la sesión del 9 de enero de 1973, titulada en la versión de Paidós como La función de lo escrito, Lacan dice en el discurso analítico, ustedes suponen que el sujeto del inconsciente sabe leer y esto no es otra cosa que todo ese asunto del inconsciente. No solo suponen que sabe leer, sino que también puede aprender a leer.

Para ejemplificar brevemente lo que sería la operación de lectura, podemos pensar en lo que Sigmund Freud hizo con Dora o con el hombre de las ratas.


Con Dora, se atuvo fundamentalmente a sus dichos, por lo tanto pudo preguntarle cómo puede ser que se queje de toda la maniobra de su padre, que evidentemente es así como usted dice, pero al mismo tiempo participa activamente, por ejemplo, cuidando a los hijos de la señora K o en el caso del hombre de las ratas cuando interroga el relato de la estafeta postal por su incoherencia, pero desde allí es que puede extraer el significante deuda que constituye uno de los significantes amo del caso, en la medida en que el hombre de las ratas se colocaba activamente en la posición del deudor.


Quizás esta operación de lectura es lo esencial, no lo único, pero sí lo esencial de nuestra formación como analistas: aprender a leer. Seguramente esta diferencia entre leer y dar sentido pero por ahora simplemente veamos que para tratar de dar cuenta de lo que Lacan afirmó sobre la noción de sustancia gozante, no es suficiente extraer una cita aislada.


Sino que tenemos que contextualizar, establecer las articulaciones en la trama discursiva del seminario. De este modo, cuando leemos el Seminario 20, tenemos que tener en cuenta que fue dictado entre el año 1972 y 1973 y fue editado en 1975, con lo cual tenemos que suponer que Lacan consentió o estuvo de acuerdo con los términos de la edición, por ejemplo con los títulos elegidos para cada sesión del seminario.


Como sabemos va a decir nuetro estimado Sebastián Sica, "las sesiones no tenían título, los títulos se agregaron al momento de la publicación y lo primero que llamó la atención en la serie de títulos elegidos es la prevalencia de la categoría del significante. La primera se llama El goce, la segunda A Roman Jakobson, uno de sus maestros en lingüística, después la tercera La función de lo escrito, la cuarta El amor y el significante, más adelante la séptima Una carta de amor. "

En francés, "carta" se dice "lettre", que es homófono de "lettre" (letra), jugando con el significado y la sonoridad en el lenguaje, lo cual es muy característico en el trabajo de Lacan


No es algo en lo que Lacan ponga el acento en este seminario. Si uno se atiene a la letra, lo que hay es una prevalencia de la función del significante. Entonces, tenemos que la noción de sustancia gozante, Lacan la va a introducir en la sesión titulada a Jakobson y comienza haciendo algunas referencias a la lingüística y es una especie de homenaje a Jakobson, pero es también para aclarar que su formulación acerca de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, no pertenece a la lingüística, sino a lo que él llamará de forma irónica, lingüistería, como habladuría, o lingüisteria.


Lacan señala que, si la lógica de Port-Royal aborda el signo desde la disyunción de dos sustancias cartesianas —el significante y el significado— el psicoanálisis, en cambio, parte del significante. Aquí, Lacan introduce la idea de que el significante y el significado son tratados por la lingüística como dos sustancias, estableciendo una analogía con las sustancias filosóficas de res cogitans y res extensa.


La pregunta que plantea Lacan es cómo situar la sustancia del significante en relación con las dos sustancias cartesianas. Dado que el significante no es ni una cosa material ni una idea pura, Lacan propone una tercera sustancia: la sustancia gozante. Esta sustancia no se alinea con la sustancia extensa ni con la sustancia pensante de Descartes, sino que es propia del orden del significante y está vinculada al goce.


En este punto, Lacan explora cómo el significante actúa como una causa del goce, situando al sujeto en una relación de insatisfacción estructural. El goce, para Lacan, es una satisfacción que nunca es completa, un estado de constante búsqueda y desplazamiento, mediado por el lenguaje. Esta mediación es lo que Lacan describe como la función del simbólico, donde el sujeto habita y donde se estructuran las satisfacciones parciales.

Lacan desarrolla esta idea en el contexto de la relación entre los sexos, sugiriendo que no hay una proporción sexual natural o complementaria debido a la falta estructural que introduce el lenguaje. El partner en una relación, simbolizado por el Otro- Autre, se representa a través del cuerpo, pero esta representación siempre está mediada por el significante. En este sentido, el goce está siempre parcialmente ligado a lo simbólico y nunca puede ser completamente realizado en lo real.


Lacan utiliza el término sustancia gozante para señalar una materialidad paradójica, una "materialidad insustancial", que define la naturaleza del goce en relación con el significante. En esta visión, el goce no es una sustancia misteriosa o una entidad biológica escondida en el cuerpo, sino una dimensión de experiencia que el lenguaje enmarca y limita.

En sus seminarios, especialmente en el Seminario 20 "Aún" Encore, Lacan insiste en que no hay una realidad prediscursiva; la realidad, incluyendo el cuerpo y el goce, está constituida por el discurso. Esto implica que el goce no es algo que preceda al lenguaje o exista independientemente de él, sino que es una construcción simbólica que surge en la intersección del lenguaje y el cuerpo.


Para concluir, el enfoque de Lacan sobre la sustancia gozante y el goce desafía las interpretaciones simplistas que lo reducen a un mero placer en el displacer o lo localizan exclusivamente en el cuerpo biológico. En cambio, Lacan propone que el goce es una categoría compleja, estructurada por el lenguaje, y que la sustancia gozante es un concepto entre muchas comillas concepto, que nos ayuda a entender esta relación intrincada entre el significante, el cuerpo y la satisfacción distorcionada como dice el estimado Richardt Kreusch. Esto nos invita a reconsiderar cómo leemos y aplicamos los conceptos lacanianos en la teoría y en la práctica clínica.


Extracto y grafía por Dr Oliver Salas


Bibliografia

Leyendo a Lacan con Sebastián Sica

  • Seminario 1: Los escritos técnicos de Freud (1953-1954)

  • Lacan, J. (1981). Le Séminaire. Livre I. Les écrits techniques de Freud. Paris: Seuil.

  • Seminario 5: Las formaciones del inconsciente (1957-1958)

  • Lacan, J. (1998). Le Séminaire. Livre V. Les formations de l'inconscient. Paris: Seuil.

  • Seminario 6: El deseo y su interpretación (1958-1959)

  • Lacan, J. (2013). Le Séminaire. Livre VI. Le désir et son interprétation. Paris: La Martinière.

  • Seminario 7: La ética del psicoanálisis (1959-1960)

  • Lacan, J. (1986). Le Séminaire. Livre VII. L'éthique de la psychanalyse. Paris: Seuil.

  • Seminario 10: La angustia (1962-1963)

  • Lacan, J. (2004). Le Séminaire. Livre X. L'angoisse. Paris: Seuil.

  • Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964)

  • Lacan, J. (1973). Le Séminaire. Livre XI. Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse. Paris: Seuil.

  • Seminario 20: Encore (1972-1973)

  • Lacan, J. (1975). Le Séminaire. Livre XX. Encore. Paris: Seuil.

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