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Neurosis en 2024 ?

Hola, mi nombre es Oliver Salas Dr. En Psicologia Clinica y psicoanalsita

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Leyendo a Lacan con la Dra. Berti


Como suele suceder en un análisis, basta con que el analizante se permita interrogar a alguna de esas afirmaciones que parecían incuestionables, como para que se abran interesantes - grietas en el saber que se creía tener.


Algo similar ocurre cuando los analistas examinamos la teoría sin prejuicios o intermediarios, ya que pueden surgir preguntas valiosas allí donde antes se tomaban por ciertas algunas verdades consideradas fundamentales, otras tantas surguen de los mismos colegas.


¿Por qué usamos el término neurosis?


Decir que alguien es neurótico es una descripción, un diagnóstico clínico o qué, es algo que se padece, ¿cuántas neurosis hay? ¿Solo histeria y obsesión? Y en ese caso, ¿por qué solo dos? La fobia es una neurosis. Que hay de la psicosis ?


El primer dato interesante es que, al detenernos en la palabra "neurosis," observamos que contiene el sufijo "-osis," el cual se utiliza en medicina para designar enfermedades crónicas o disfunciones anormales debidas al desgaste, como en el caso de la artrosis. Esto contrasta con las dolencias que terminan en "-itis," un sufijo que indica inflamación, como en "artritis." Esta distinción es crucial para comprender la naturaleza crónica y persistente de las neurosis en comparación con las inflamaciones transitorias señaladas por "-itis," y resalta la importancia de precisar el lenguaje médico para una adecuada comprensión y tratamiento de las distintas patologías


De hecho, la historia dice que el término neurosis fue creado por el médico escocés William Cullen en 1769 para designar a las enfermedades del sistema nervioso.

¿Qué hace entonces todavía entre nosotros, analistas lacanianos, este término de origen médico?


Podríamos responder que es por tradición freudiana, por el hecho de que fue Sigmun Freud, el neurólogo devenido analista, quien la tomó para ir delineando el campo de aplicación clínica del psicoanálisis.


Pero si vamos a seguir utilizándolo, deberíamos repetirnos una y otra vez que con neurosis no estamos designando ninguna condición anormal, ningún cuadro clínico ni enfermedad. No es la descripción de una entidad mórbida ni el nombre dado a un conjunto de signos y síntomas como en la tradición médica.


Por ejemplo en psicologia se escucha afirmar que alguien es obsesivo porque duda, posterga o piensa mucho, o es histérico porque somatiza o se queja de insatisfacciones que otros le producen, o incluso peor, que es obsesivo por ser hombre o histérica si es mujer, ya no se estaría colocando en un terreno que nada tiene que ver con la lógica del psicoanálisis y esto por más que utilicemos frases muy freudolacanianas a la manera del juissance - goce del obsesivo o el juissance - goce de la histérica.


Si fuera así :

¿Qué produciría un análisis en su final?
¿Menos obsesión, menos histeria?
¿Qué significaría eso?
¿Pensar menos o no quejarse de los otros?
¿Cuánto menos?

Las posiciones no se deben tomar como si fueran lugares de arriba o llegada a una normalidad esperable, como una suerte de depuración sintomática.




En primer lugar, entonces, es importante erradicar la idea de que histeria y obsesión serían entidades o cuadros clínicos que diagnosticarían el ser de alguien. 

por esto si de seguir directo a Jacques Lacan podemos decir que los términos histeria u obsesión no nos una condición estática del sujeto, sino a determinada posición subjetiva en la escena fantasma ( $ ◊ a )

Es decir, que ya de entrada sostener que se trata de una posición subjetiva habilita la idea de que en tanto posición es variable, no es un diagnóstico de una entidad ni de un conjunto de síntomas.


Un síntoma es una manifestación subjetiva de una enfermedad o condición médica que es percibida y reportada por el paciente. A diferencia de los signos, que son observables y medibles por el médico, los síntomas son experiencias internas que solo el paciente puede describir. Los síntomas pueden incluir dolor, fatiga, náuseas, mareos, ansiedad, entre otros.
- Harrison

  • Esta tesis como la llama lacan parte de considerar la noción de sujeto a que tradusco como "sujeto/do" específica del psicoanálisis como un efecto en el ser hablante del hecho de habitar lo simbólico.



Por lo tanto, para Lacan hay que trazar la diferencia conceptual entre el término sujeto y las nociones de histeria y obsesión porque no coinciden. Esto es muy importante de subrayar porque me da la impresión de que tienden a confundirse allí cuando se afirma que si alguien piensa mucho o duda es obsesivo, como si fuera un adjetivo o una condición inherente, como si se dijera "el sujeto obsesivo tiene tales o cuales síntomas."



Recordemos que para Lacan el sujeto surge en relación al [autre con el Autre] - otro "a" y ese Otro con mayúscula que designa tanto el lugar de la cadena significante como a los otros reales que ocuparon ese lugar para determinado sujeto, es decir, la encarnadura discursiva de la cadena significante respecto de la cual se constituye el sujeto. S1 - S2

........................................................A





 

Dicho de otro modo, el sujeto no surge respecto de la cadena significante de forma abstracta sino como producto y en relación a una discursiva particular. Esta lógica mínima conduce a Lacan a enfatizar la idea de que con sujeto no estamos designando un individuo, una entidad, sino una condición existencial propia del ser hablante cuya estructura implica a "la otredad." tampoco se refiere al "sujeto ontológico"


 

El término "sujeto ontológico" se refiere a una concepción del sujeto que se centra en su ser y existencia en el mundo. En filosofía, la ontología es el estudio del ser, de lo que existe y de las categorías fundamentales de la realidad. Por lo tanto, un "sujeto ontológico" es aquel que se considera en relación con su existencia y esencia más profunda, más allá de sus características empíricas o fenoménicas.

En diferentes tradiciones filosóficas, el concepto de "sujeto ontológico" puede tener distintas interpretaciones:

  • En la filosofía existencialista (como en las obras de Jean-Paul Sartre y Martin Heidegger), el sujeto ontológico se refiere al ser humano como un ente que se enfrenta a su propia existencia, libertad y responsabilidad. Para Heidegger, en particular, el "Dasein" (ser-ahí) es un ejemplo de sujeto ontológico que se preocupa por su propio ser y por la cuestión del ser en general.

  • En la fenomenología (como en las obras de Edmund Husserl), el sujeto ontológico se relaciona con la conciencia y su intencionalidad, es decir, con la manera en que la conciencia siempre está dirigida hacia algo, constituyendo así la realidad a través de sus actos intencionales.

  • En la metafísica tradicional, el sujeto ontológico puede referirse al alma o al yo como una entidad que subyace y unifica las experiencias y acciones de una persona.

  • Jean-Paul Sartre - "El ser y la nada": Una exploración fundamental de la existencia y la esencia del ser humano.

  • Martin Heidegger - "Ser y tiempo": Aborda la cuestión del ser y la existencia humana de manera profunda y ontológica.

  • Edmund Husserl - "Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica": Establece las bases de la fenomenología y la intencionalidad de la conciencia.


 

Por lo tanto, cuando decimos sujeto, estaríamos diciendo al mismo tiempo [ sujeto -Otro suje-Autre]. Entonces, dado que no se trata de una entidad individual y que su condición es simbólica, Lacan va a sostener que el sujeto se pone en acto en una escena repetitiva en la relación al Otro-Autre, es decir, la escena que en la teoría designamos con el término fantasma ( $ ◊ a )

El sujeto se pone en acto en el fantasma ( $ ◊ a ) el escenario cuyo guion va de esa relación sujeto-Autre y, por lo tanto, de la realidad.


Lacan dirá que en la medida en que la cadena significante le quita al sujeto la mismidad,

la mismidad se distingue de la "otredad" o "alteridad," que se refiere a aquello que es diferente o ajeno al yo.

la identidad de lo uno,


La noción de "uno" en Lacan se refiere más a una función simbólica.

la escena fantasma ( $ ◊ a ) lo único que permite su localización temporal a partir de la repeticion - automatome.





La escritura de esta escena fantasmática-  es el álgebra lacaniana es sujeto barrado a entre paréntesis. ( $ ◊ a ) Allí están los dos términos necesarios para pensar la lógica que propone Lacan para el sujeto.


Es una escritura que denota la estructura de inmixión de otredad o de extimidad propias del sujeto para el psicoanálisis. Así es que Lacan nos propone leer esta fórmula en términos de un sujeto deseante causado por una falta estructural, el objeto a, que si bien constituye una pérdida irrecuperable desde el origen, va a tener para determinado sujeto una condición particular.


Una condición particular que va a estar provista por el trenzado de los registros simbólicos e imaginarios, es decir, por ejemplo, nadie se enamora de cualquiera ni desea cualquier cosa, sino que hay determinadas condiciones que Lacan denomina la condición absoluta del deseo.

Ahora bien, esta escritura del

fantasma ( $ ◊ a ) es la condición estructural del sujeto y, según este se sitúe en la escena, se podrá designar como escena neurótica o escena perversa. Esto implica lo que veníamos diciendo acerca de que neurosis es una posición - divicion subjetiva en el fantasma ( $ ◊ a ), lo mismo vale para perversión, son posiciones, no adjetivos inherentes a la subjetividad.


Por lo tanto, la lógica que propone Lacan refuta la afirmación comúnmente difundida en los ámbitos universitarios de que las personas se dividen exclusivamente en neurosis, perversión o psicosis y tira las estructuras.


Frente a esto, habría que argumentar con los textos de Lacan en la mano diciendo no, hay una temporalidad lógica previa en la constitución subjetiva, una temporalidad en la cual el sujeto está vaciado de cualquier condición, por ejemplo, neurosis o perversión etc.



La fórmula del fantasma ( $ ◊ a ) seria la escritura del sujeto como puro deseante. Resulta necesario un segundo momento lógico en el que el sujeto asuma determinada posición para poder afirmar, en todo caso, he ahí una escena neurótica o perversa.

En concreto, y respecto de la escritura del fantasma ( $ ◊ a )  en términos de sujeto barrado rombo "a", en la escena perversa, el sujeto se sitúa paradójicamente del lado del objeto a, dividiendo al partenaire, mientras que en la escena neurótica el sujeto asume la división o falta estructural.


¿En qué consiste entonces la posición subjetiva que denominamos neurosis?


Lacan plantea la tesis de que se pondrán en juego los elementos estructurales y que con el término neurosis se designa una posición por la cual, en primer lugar, el sujeto reduce la falta del Otro -Autre, el deseo del Otro - Autre a la demanda.









En segundo lugar, esta demanda del Otro - Autre comienza a operar sustituyendo al objeto a como causa del deseo y en tercer lugar, por lo tanto, se asume en la escena una posición deseante en relación a la demanda o al mandato del Otro - Autre.


Conceptos Clave de la formula.

  • A: El Otro, una entidad crucial en la teoría de Lacan que representa el lugar del significante y la estructura simbólica.

  • S: El Sujeto, en relación con el Otro y el deseo.

  • a: Objeto pequeño aaa, relacionado con la falta y el deseo del sujeto.

  • ◊ lozenge: Representa la relación o el enlace entre elementos en la estructura del deseo y el Otro.

  • : El vacío o la nada, introduciendo una dimensión de ausencia o falta en la estructura del deseo.


Fórmula

Explicación

d(a) : d(A) < a

Relación entre el deseo del objeto a y el deseo del Otro, indicando una condición de menor que.

d(a) < i(a) : d(A)

Introduce la imagen especular del objeto a, comparando con el deseo del Otro.

d(x) : d(A) < x

Generalización de la relación usando la variable x.

{ d(∅) < ∅ : d(A)

Condición de vacío o nada en relación con el deseo del Otro.

d(A) : ∅ > d(∅) }

Jerarquía o condición entre el deseo del Otro y el vacío.


Esto implica una modificación en la escritura de la fórmula del fantasma ( $ ◊ a ) , es decir, que sujeto barrado rombo a minúscula pasa a escribirse sujeto barrado rombo D mayúscula, ( $ ◊ D ) que desde el punto de vista clínico podría ejemplificarse con la sustitución de la preguntas: "¿qué quiero?" por "¿qué quiere el Otro Autre?", es decir, que la causa, lo que mueve, es la pregunta por lo que el Otro - Autre espera del sujeto.


"Che vuoi?"



Entonces con el término neurosis designamos un pasaje de la posición de puro deseante a la posición neurótica o, dicho de otro modo, a una posición de pérdida o sacrificio del objeto particular del deseo, una estrategia que llamamos posición neurótica en nuestra teoría.


Sin embargo, para Lacan será necesaria otra transformación de los términos de la escena fantasma ( $ ◊ a )  para que pasemos a hablar de histeria u obsesión, las cuales se van a presentar entonces como diferentes estrategias respecto de la falta estructural.


Podríamos decirlo así: histeria y obsesión serán dos modalidades distintas de posicionarse el sujeto respecto del deseo, la relación al Otro - Autre y el objeto "a".


Este desarrollo, se encuentra Seminario 8 sobre la transferencia-"Le transfert" en la clase 17 titulada "El símbolo Φ mayúscula", y en la clase 18 titulada "La presencia real".

Lo que va a proponer allí Lacan es que tanto en el posicionamiento histérico como en el obsesivo, lo que desaparece de la escena respecto de la fórmula del fantasma ( $ ◊ a ) la función sujeto.

Revisemos esta lógica primero en el fantasma ( $ ◊ a )  histérico, cuyo "matema" es presentado así: a minúscula sobre menos Φ, rombo A mayúscula.


Como se puede observar en la escritura que propone nuestro autor, lo que desaparece en el primer término de la fórmula del fantasma ( $ ◊ a ) es el sujeto dividido, siendo sustituido por el objeto a sobre menos Φ.


En términos discursivos, esto podría leerse en textos donde alguien se plantea en las escenas en las que participa, ya no como sujeto activo, partícipe, sino como objeto, como inmóvil, en espera, sin capacidad de movimientos o de acción debido a alguna dimensión de falta, de falta de saber, por algún defecto en la imagen, lo que queda connotado en la fórmula por el menos Φ, - phi la inscripción de la falta del lado del sujeto, que se sitúa como objeto respecto del Otro -Autre.


Lacan escribió que Dora fue objeto de un oscuro canje, ese juego de intercambios de pareja a la que fue sometida desde el lugar del Otro - Autre. Del otro lado de la fórmula, saber que Lacan escribe el Otro - Autre con mayúscula con lo cual se arma una escena que en su conjunto puede leerse así: un sujeto en posición de objeto, metaforizando una falta y en posición de desear un Otro - Autre que le diga, que le ordene, que le demande qué querer, es decir, un Otro - Autre en lugar de amo o maestro.



El guion de la escena podría ser: yo no sé, yo no puedo, soy menos, el Otro es el que sabe o puede o es más que yo.

Ahora bien, lo que es importante remarcar es que las escrituras algebraicas que propone Lacan en tanto variables presentan una lógica acerca de cómo se estructura la escena de la relación sujeto - Autre, pero pueden ser leídas según diferentes textos.


Por ejemplo, en la fórmula del fantasma ( $ ◊ a ) histérico alguien puede ubicarse como objeto en tanto resto "a", caído de la escena, en posición melancólica o "depresiva", inmóvil, por interpretar que toda la falta está de su lado, o por el contrario, situarse como objeto "agalmático", con brillo, causando el deseo del [ Otro - Autre], haciendo uso de la falta en el plano del deseo o de la seducción.




Por el lado del fantasma ( $ ◊ a ) obsesivo, la escritura que propone Lacan es Otro barrado - A (/) , rombo Φ sin negativizar, y entre paréntesis, una serie de objetos a seguido de puntos suspensivos, todo lo cual resulta muy extraño en una primera aproximación.


En este caso se trata de una escena en la que el texto sitúa en primer plano alguna imposibilidad del Otro -Autre, un Otro - Autre defectuoso, carente, fallido, en menos, respecto de quien sostiene el discurso, que se propone como completo, como quien puede, el que tiene, el que sabe.

Esto es representado en la fórmula que propone Lacan por el Φ [ phi ] sin negativizar, o lo que es lo mismo bajo la figura del [ yo fuerte, je gramatical - moi tonico - imaginario ] En otros términos, el sujeto dividido ( $ ) se quita de la escena y se esconde bajo la fortaleza yoica, unidad especular, que se sostiene así por la crítica ejercida sobre alguna figura del

[Otro - Autre].


El Yo Fuerte es Acto de Enunciación

Por lo tanto, es la descalificación, la degradación, o lo que Lacan llama el insulto al Otro - Autre, aquello que permite trabajosamente que quien sostiene el discurso se sitúe bajo la ficción del yo fuerte , pero con el altísimo costo de la metonimia del deseo, lo que Lacan escribe en la fórmula mediante la sucesión de objetos a.







Es decir, nada de lo que alguien elija según esta lógica escénica será suficiente porque de inmediato, al conseguirlo, va a ser degradado. No era lo que yo esperaba, no era para tanto, ahora que lo tengo no me gusta.


Otro por ejemplo, todo para tener elegido tendrá algún defecto irremediable que lo tornará descartable y se saldrá siempre a la búsqueda de otra relación. Lo ideal va a estar siempre en otro lado.


Lacan también afirma que, si bien este posicionamiento acentúa el narcisismo y puede ser ejercido bajo el aspecto de la soberbia o de la pedantería, hay otras modalidades más sutiles de la misma lógica, por ejemplo, las figuras del samaritano o del profesor, en donde, en la escena, se necesita de un Otro - Autre carente que hay que reparar.

Sea como fuere, esto trae como resultado la no localización del sujeto, la indefinición.

No estará ni aquí ni allá, tratando de evitar las decisiones que pudieran colocarlo bajo la posibilidad de la división subjetiva.


Por lo tanto, a nivel de la clínica, en la escena obsesiva suele no haber demanda porque el analista será situado justamente en el lugar del Autre -barrado (A/), se lo supondrá impotente o se lo preferirá muerto.


Mientras que la escena histérica habilitó el lazo discursivo del psicoanálisis ya que sostiene un Otro - Autre al que se dirige la demanda de saber, el fantasma ( $ ◊ a ) obsesivo tiende a esterilizarlo porque al situarse sujeto como el que sabe o el que puede, aún bajo la modalidad de algún sufrimiento, no acepta ayuda del Otro - Autre.


En el fantasma ( $ ◊ a ) histérico se pide y si se le da no será satisfactorio, mientras que en la obsesión se rechaza el don del Otro - Autre, el Otro - Autre no podría ser aceptado como quien tiene algo para dar, por ejemplo, bajo la forma de la interpretación.


Todos estos desarrollos que nos propone Lacan sobre la histeria y la obsesión nos conducen a sostener entonces que no se trata de cuadros clínicos sino de una posición subjetiva que se asume en la escena fantasma ( $ ◊ a ).


No son una suma de signos y síntomas aislados que darían cuenta de una patología que habría que diagnosticar, sino de la articulación de elementos estructurales que configuran la escena de la relación sujeto-Autre y que se ponen en acto por la vía de la repeticion - automatome.

En la medida en que se trata de posiciones subjetivas en relación al Otro - Autre en determinadas condiciones de la demanda, un análisis va a brindar la posibilidad de modificar por la vía del acto ese posicionamiento.


Es por eso que desde la enseñanza de Lacan no es posible sostener la afirmación de que tal sujeto es obsesivo o es histérico, sino en todo caso que está en posición obsesiva o histérica. Histeria y obsesión no son categorías diagnósticas deficitarias, sino más bien estrategias o resoluciones subjetivas frente a la falta estructural, constituida por la falta en ser y la falta de objeto.


Como se advierte, se plantean clínicas muy distintas si la concepción de la histeria y de la obsesión se basan en una cuestión de género o como diagnóstico de signos y síntomas, que si se parte de la hipótesis de que se trata de diferentes posiciones del sujeto en la escena en la relación al Otro -Autre y al deseo - juissance .



Escrito por Psicoanalistas : Oliver Salas, & Berti, M. 


(2024). Gráficos ByOs

Bibliografía:

  1. Freud, S. (2006). Obras completas. Biblioteca Nueva.

  2. Lacan, J. (1992). El seminario, Libro 8: La transferencia. Staferla.

  3. Lacan, J. (2006). El seminario, Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Staferla.

  4. Lacan, J. (2007). Escritos. Siglo XXI.

  5. Lacan, J. (1998). El seminario, Libro 20: Aun. Staferla.

  6. Lacan, J. (2005). El seminario, Libro 23: El Sinthome. Staferla.

  7. William Cullen. "First Lines of the Practice of Physic", 1776 y 1784.

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