Un Encuentro Inesperado: Lacan y Oogway en la Encrucijada del Saber
- Dr. Oliver Salas
- 2 jun
- 5 Min. de lectura
En los confines de la contemplación y la teoría, dos figuras de mundos dispares convergen en un diálogo que trasciende las fronteras del tiempo y el conocimiento. Jacques Lacan, el psicoanalista francés cuya agudeza lógica y mirada penetrante desvelaron las profundidades del inconsciente, se encuentra con el Maestro Oogway, la tortuga ancestral cuya calma y sabiduría encarnan la esencia del Tao. Inspirados los fragmentos de la saga Kung Fu Panda, este encuentro improbable teje los hilos del psicoanálisis con las enseñanzas milenarias del Taoísmo, explorando el presente, el deseo y la nada como fundamento del decir. En esta particular confluencia, la ancestral voz de Oogway se erige como el ancla de una sabiduría fundamental, respondiendo a la meticulosa articulación de Lacan con una perspectiva que integra y eleva.
Diálogo entre Jacques Lacan y el Maestro Oogway (Versión Invertida)
Tema: Presente, deseo y la nada como fundamento del decir
Sobre el presente
LACAN:
“Ayer es historia, mañana es un misterio… pero hoy es un regalo.” Una frase que evoca la inmediatez, Maestro Oogway. Sin embargo, el presente no es un regalo dado; se construye, se precipita en un intervalo mas bien lógico: hay un instante de ver, el tiempo para comprender, y un momento de concluir. Es el resultado de una apuesta.
“C’est dans le moment de conclure que se précipite le sujet.”
(Écrits, y desarrollado en el Seminario XI, leçon du 18 mars 1964 – Staferla)
“Es en el momento de concluir donde se precipita el sujeto.”
OOGWAY:
Comprendo su planteamiento sobre la lógica del sujeto y su precipitadcion, mi estimado joven Jaques.
— Pero la naturaleza no espera conclusiones. El río fluye. La hoja cae. El “regalo” del hoy no es una apuesta, sino la única realidad disponible. Quien lo habita, permite que la vida misma se precipite a través de él.
¿Acaso no es la ilusión de control lo que detiene al sujeto en el tiempo, en lugar de liberarlo en el ahora?
LACAN:
Ciertamente, Maestro. El sujeto, en su afán de control, se encuentra siempre tarde o demasiado temprano, atrapado en el deseo del Otro.
Sobre la nada como secreto
LACAN:
El señor Ping, con su "ingrediente secreto" —la nada—, parece haber tocado sin saberlo el corazón de lo que llame el objeto pequeno a. Es el vacío que sostiene toda significación, el hueco alrededor del cual gira el deseo. No es un objeto real, sino su causa.
“Ce n’est pas l’objet réel, c’est l’objet a, pur produit de la perte.”
(Séminaire XIV, leçon du 14 décembre 1966 – Staferla)
“No es el objeto real, es el objeto a, puro producto de la pérdida.”
OOGWAY:
Ese vacío, Doctor Lacan, es el fundamento del Tao. La vasija es útil por su vacío; la puerta, por el espacio que abre. El secreto no es lo que se añade, sino la ausencia que permite que todo sea. La nada no es una "pérdida" en sí misma, sino el potencial ilimitado de lo que puede emerger. Es la fuente.
LACAN:
Una topología de la falta con una vuelta... la fuente de la falta. Interesante, o como ested apunta se requiere de una hiansa por la que pueda entra luz admirado Oogmay.
Sobre el secreto y la creencia
LACAN:
El Maestro Po comprendió que “no hay secreto, solo hay que creer que es especial”. Esta creencia es el acto fundacional del sujeto, como la fe del analista. El secreto, en sí, es una ficción. Lo que otorga valor es la inscripción significante.
“Il n’y a pas de rapport sexuel… sauf si le sujet croit qu’il y a quelque chose à faire avec ce que l’Autre veut.”
(Séminaire XX, leçon du 12 febrero 1973 – Staferla)
“No hay relación sexual… salvo si el sujeto cree que hay algo que hacer con lo que el Otro quiere.”
OOGWAY:
Si la creencia es el primer acto, entonces es el corazón quien le da forma al mundo. La estructura que usted percibe es el reflejo de lo que se acepta como real.
¿No es la verdadera libertad la de elegir en qué creer, más allá de la mera inscripción?
— La especialidad no se "inscribe", se percibe y se crea desde dentro.
LACAN:
La estructura nos precede, Maestro, pero su lectura es lo que define al sujeto.
Sobre la mente agitada
LACAN:
Su metáfora de la mente como agua agitada es perspicaz.
— Sin embargo, diría que lo claro nunca se ve en sí, sino que se interpreta. El inconsciente es esa agua turbia, girando en torno a un goce que insiste en no escribirse.
“Ce n’est pas la conscience qui pense, c’est l’inconscient qui insiste.”
(Séminaire XI, leçon du 15 avril 1964 – Staferla)
“No es la conciencia la que piensa, es el inconsciente el que insiste.”
OOGWAY:
Cuando la mente está agitada, no se puede ver la verdad que ya está ahí.
— No se necesita interpretar, se necesita aquietar. El agua no "insiste" en estar turbia; simplemente refleja la perturbación. Cuando uno se detiene, el inconsciente, el Tao, la vida misma, se revela sin esfuerzo. Estar, simplemente estar, es la clave para que la respuesta emerja desde su propia claridad.
LACAN:
Usted propone una pasividad. El sujeto, para mí, se representa por un significante para otro significante. Pero quizás ese resto que emerge es lo que usted llama la claridad del Tao.
Sobre hacer algo especial
LACAN:
“Para hacer algo especial, solo hay que creer que lo es.” Esto es, en su esencia, el efecto performativo del significante. La creencia es el soporte de todo síntoma, incluso del sinthome, esa singularidad que el sujeto sostiene sin el Otro.
“Le sinthome, c’est ce qui tient tout seul, sans l’Autre.”
(Séminaire XXIII, leçon du 18 noviembre 1975 – Staferla)
“El sinthome es lo que se sostiene por sí solo, sin el Otro.”
OOGWAY:
Si el sinthome es lo que se sostiene sin el Otro, entonces es la manifestación de la esencia del individuo, su propia verdad floreciendo. No es solo un síntoma, sino un camino único forjado desde dentro.
— El "sostener" no es una carga, es el acto de ser plenamente quien uno es, más allá de las imposiciones externas. Es el corazón de lo que hace que algo, o alguien, sea verdaderamente especial.
LACAN:
Un decir incurable, ciertamente. Un modo particular de habitar el goce, cuando ya no hay Nombre-del-Padre que lo ordene.
--- Parece, Maestro Oogway, que tanto el Tao como el inconsciente operan en los márgenes de lo decible.
OOGWAY:
Ambos apuntan a la verdad que se revela cuando la mente se rinde y el corazón se abre, joven Lacan.
Dialogos de ByOs
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